martes, 30 de junio de 2015

Lo esencial es invisible a los ojos

Cuando la maestra de estudiantes de educación especial supo que Faccio Pizza ahora tenía su menú en sistema Braille para personas con impedimento visual, pensó en llevar a los participantes ciegos del Campamento del Año Escolar Extendido que estaba por terminar. Este grupo en particular no había tenido actividades adicionales, así que una salida a comer pizza era perfecto.


Pero la oferta de la pizzería de Plaza Escorial fue aún más divertida, y el lunes pasado los llevaron a que aprendieran a hacer su propia pizza. Seis estudiantes de distintas edades participaron en el proyecto, y al finalizar, almorzaron la pizza que cada cual preparó.






El chef Pedro Luis guió a los estudiantes por todo el proceso, desde estirar la masa y esparcir la salsa, hasta añadir el queso y llevarla al horno. Todas las pizzas, según los que saben, quedaron perfectas y mejor que las de mucho pizzero con experiencia. 
“Esta es la mejor pizza”, comentó Adrián, el chiquitín del grupo.






"¡Esta es la mejor pizza!", comentó Adrián.
La señora Canales, maestra del proyecto Año Escolar Extendido del Departamento de Educación, en la Región de Carolina, aprovechó para celebrar el  Día de logros y entregar las medallas de excelencia, muchas de las cuales se llevó Kiara. En el curso, aprenden el uso de la maquinilla Braille y otros equipos, además de ejercitar el tacto con texturas suaves o ásperas, para apoyar la independencia de cada estudiante. 


Como invitado especial, vino un ex estudiante, que les habló de sus experiencias después de graduado en el 2012. Les exhortó a que cuando se encuentren con un desafío, piensen en los retos que ya han vencido, para rebasarlos. En un aparte con Kevin, nos contó que estudia música en la Universidad Interamericana, con concentración en guitarra. También tiene una banda en la cual es guitarrista, y que han hecho una fusión de músicos con y sin impedimentos. ¡Super cool!

Pero no sólo los estudiantes aprendieron, sino que los adultos que participamos de la actividad también. Aprendimos de la dedicación y empeño que pone cada uno de ellos en la actividad que realizan. “Para tener éxito había que intentarlo,” comentó una chica llamada Kristy, que se acaba de graduar este año escolar, y que pronto se integra a la vida universitaria.


Uno de los delantales personalizados
que Faccio Pizza de Plaza Escorial
hizo para los chicos.
Para Faccio Pizza de Plaza Escorial, la actividad fue una de muchos intercambios inesperados con personas ciegas desde que tienen el nuevo menú, que han venido a utilizarlo. Este día en particular, con niños de educación especial, fue bien memorable para todos, desde la cocina hasta los meseros, que se emocionaron con la visita. ¡Que se repita!


El menú de Faccio Pizza en Braille para ciegos se hizo posible gracias a la iniciativa de la girl scout Natalie Aldahondo Matos, de la tropa #66 de Trujillo Alto, en conjunto con Faccio Pizza.


“- Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos". - El principito de Antoine Saint Exupery.




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miércoles, 17 de junio de 2015

La verdadera historia de la taza roja

Aquella taza roja capturó la atención de los ejecutivos y otros suits que tomaban café servido en una tacita de papel. Todo el trayecto desde que salió del mostrador hasta que llegó a la mesa, la taza parecía tener un foco de luz que acentuaba su color. Sentí los giros de cabeza y las incómodas miradas inquisitivas sobre mi identidad. Me lo gufié.

Venía caminando de almorzar en el “food-truck” de Meatball Company, en mahones, tenis, y con mi mochila en la espalda. Presentable, pero no en chaquetón. Entré al “lobby” del edificio del Banco Popular a tomar un café en la Hacienda San Pedro, y el sitio estaba repleto de gente en chaquetón y corbata. “Presidentes, ejecutivos y algunos Vice-Presidentes también,” como decía el anuncio.

En otro momento de mi vida yo andaba igual, porque ese era el vestuario necesario para representarse en lo que trabajaba. Ya no, pero nada quita que lo tenga que hacer de nuevo... y no tengo problemas con eso.

Danny me saludó cuando alcanzó a verme al final de la fila y al llegar al mostrador me preguntó: 
- “¿Te lo tomas aquí?” 
- “¡Claro!” 
- “¿Te lo sirvo en taza?”
- “Como tu quieras”
Continuó sirviendo vasitos y en un momento tomó la taza roja e hizo el café que me entregó unos segundos después. El resto es la anécdota.

En cuanto al café, el Master Barista Daniel Rivera me recordó el “Cha-no-yu”, la ceremonia japonesa del té. Una tradición en la que preparar el té conlleva una ofrenda de honor, humildad e igualdad; en la que el emperador y el barrendero toman del mismo “chawan”.

Danny es así, intenso y enfocado al preparar el café. Por eso ha representado mundialmente a nuestro país en varias ocasiones.  En cuanto a la taza roja en medio del tumulto encorbatado, yo sentía que cargaba una oferta de honor, humildad e igualdad.





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