La Victoria Alada en el Edificio Metrópolis, Madrid |
“Esto es como una película para mi alma”, decía el cliente que estaba antes que yo, refiriéndose a la taza de café que estaba tomando. Yo, igual que Bette Davis en el viejo filme “All About Eve”, pensé “Ajústate el cinturón, porque este va a ser un viaje inolvidable”. Acababa de llegar a Madrid un par de horas antes. Dejé mi equipaje en el hotel, busqué cuál era el cafebar más cercano en el listado que llevaba preparado, y arranqué a caminar en esa dirección dejándome llevar por el GPS del móvil.
Era la primera vez que viajaba con la estricta razón de reseñar algunos cafebares de café specialty y restaurantes para mi blog. Después de cinco años haciendo eso en Puerto Rico, con módico éxito, eso lo tengo “planchao”: llego al restaurante y pido café o comida sin identificarme. Si es una buena experiencia lo publico, si no lo es no pongo nada. Usualmente el restaurante se entera que visité cuando sale el post. Nunca he criticado negativamente ningún negocio y esa es una promesa que me hice al comenzar. Mi diversión nunca ha sido hacer daño, por malo que sea el local o el servicio.
Plaza de España, Madrid |
Sorprendentemente en el primer cafebar a que entré en Madrid me sentí absurdamente perdido. Mi estrategia de San Juan no sirvió para nada, por distintas razones: Era evidente por mi acento, por la ropa que vestía y por mi forma de ordenar que yo no era local. También estaba claro que mi visita tenía un motivo ulterior. Finalmente y después de evadir un poco la incómoda situación opté por identificarme.
Café Coté. Fotos suministradas. DR. |
Resultó que los dueños siguen mi página y conocían mi trabajo, lo que nos acercó inmediatamente y abrió una brillante conversación que llegó desde el café artesanal de mi país hasta el por qué mi “blog” se llama Refresco de Tamarindo - pero eso lo explico más tarde.
El único detalle fue que tomé una sola foto y con toda la conversación olvidé retratar el local y los dueños como hice con el resto de los cafebares que visité en el viaje. Luego regresé dos veces para hacerlo pero lo encontré cerrado. Ni modo. Seguramente la próxima vez lo hago.
Coté Café
Calle Fernández de los Ríos #95
Footos suministradas. DR. |
Coté Café es un acogedor cafebar en Moncloa, dedicado a la cocina natural y orgánica. Está localizado en el mezzanine de un pequeño mercado de frutas y vegetales, y ese mismo es el ambiente. como cuando vas a comprar verduras y se te antoja tomar un café artesanal o comer alguna confección hecha con los mismos productos orgánicos del colmado, pues así.
César Villa. Foto suministrada. DR. |
César Villa, el barista y dueño, es conocedor del café artesanal y hablamos un buen rato sobre los distintos granos que importa. Él había probado un café puertorriqueño que le impresionó, y poco a poco logré descifrar que se trataba del Hacienda Pomarrosa de mi querido amigo Sebastián Legner.
Sebastián Legner en una selección de café, y el lago de composta de Hacienda Pomarrosa en Ponce, Puerto Rico. |
Hace mucho sentido porque Pomarrosa es un excelente café cultivado orgánicamente, al igual que sus facilidades de procesarlo. El formato eco-amigable lo hace funcionar por segmentos sin electricidad, usando la fuerza de gravedad o la caída del agua. La cáscara y los residuos del lavado se usan en una composta que finalmente será el abono para las mismas plantas. Es super cool.
En Café Coté almorcé una tarta de boniato “batata”, con requesón y un poco de mostaza en el tope. También tomé un cortado de café Fortuna de Costa Rica.
Después de esta visita, el café se mudó a Zarzalejo.
Después de esta visita, el café se mudó a Zarzalejo.
Instagram: @infocafecote
Misión Café
Calle de los Reyes #5
Mucho más cerca de mi hotel, pero caminando en dirección hacia la Puerta del Sol, está Misión Café, el gemelo de Hola Café. Precisamente porque caminé por ahí muchas veces hacia el centro de Madrid, pasé varias veces a por café en Misión, así que compartí un poco más con los chavales de allí.
Marcos Zoya; Pablo Caballero en foto de García Pereda; y Nolo Botana en foto de The Coffee Vine. DR. |
Misión Café, tiene ambiente industrial-moderno y super amigable en Malasaña. Ofrece excelente café por los baristas Marcos Zoya, Pablo Caballero y Nolo Botana; y sabrosísimas creaciones del maestro repostero Nuño García.
Una mañana comí “Scone” (de dieta, porque lo pedí sin nata... vale, es un chiste interno), y un Cortado por Marcos. ¡Excelentes!
Otra mañana pedí Pan de té verde “matcha” y frambuesa fresca, además de un cortado hecho por el barista Nolo.
En una de esas visitas observé desde la mesa a Nuño por un buen rato en lo que hacía una trabajosa masa de hojaldre. Tal parecía que el mundo se había desaparecido de su alrededor y sólo estaban él y la masa. El foco era perfecto. El respeto con que manejaba aquella masa de harina y mantequilla, la esparcía y doblaba con un cariño espectacular, era conmovedor. “Esta persona ama lo que hace”, pensé.
Muchas veces se me ha escuchado decir a mis estudiantes de teatro que respeten el escenario. Creo firmemente en la idea japonesa de que el espíritu de los árboles sigue vivo en las maderas que conforman el piso del escenario, y que te ayuda en la representación, si te presentas en él con respeto y amor.
Ciertamente el espíritu de las plantas de trigo sigue en esa masa de hojaldre, y le agradece a Nuño su cariño, haciéndose sabrosa para los que la comen. Mis respetos.
@misioncafe
Randall Coffee Roasters
Calle Vallehermoso #36
Si eres aficionado al tema del café, Randall Coffee es el lugar para ti: el barista Miguel Vera es educador certificado de café por la Specialty Coffee Association, es tostador - aparte de muy amigable- y puedes conversar por buen rato acompañado de buenos cafés.
En mi caso resultó que Miguel es amigo de Rebeca Atienza de la Hacienda San Pedro en el centro de Puerto Rico, y de mi buen amigo, el Master Barista Daniel Rivera. Eso de por sí ya fue una extensa conversación. Más adelante se nos unió otro chaval que tiene un puesto en el mismo local, y entre cosa y cosa disfrutamos un rato.
Miguel es ciclista, y nos comentaba que esa mañana camino al café, los fuertes vientos lo tumbaron de la bici un par de veces. Ciertamente cuando yo iba hacia el cafebar, igual el viento hacía muy difícil el poder caminar. Finalmente resultó que las ráfagas eran parte de una borrasca que hizo estragos por todo Madrid. Esa tormenta fue la causante de que cayeran varios árboles en el Parque del Retiro, uno de los cuales lamentablemente cobró la vida de un niño. La investigación del accidente obligó a cerrar el parque por el resto de la semana.
@randallcoffee
En Randall Coffee, Miguel nos entregó un mapa de promoción de varios cafebares, llamado La Ruta del Café Chamberí. No tenía en mi listado a todos los cafebares que aparecen en el mapa, así que voy a intentar llegarle.
El mapa incluye aparte de Randall: 1000 Cups Coffee; Cafeteando; Cafés Guayacán; Cripeka; La Colectiva Café; Monkee Koffee; Rebel Coffee; Saint Georges Café; Santa Kafeína; y Toma Café 2.
El mapa incluye aparte de Randall: 1000 Cups Coffee; Cafeteando; Cafés Guayacán; Cripeka; La Colectiva Café; Monkee Koffee; Rebel Coffee; Saint Georges Café; Santa Kafeína; y Toma Café 2.
Cientotreinta Grados
Calle Fernando el Católico #17
Cientotreinta Grados es uno de esos lugares en que lo quieres probar todo. Industrial moderno, diseñado con tonos gris verdoso y color madera clara, el ambiente de esta panadería es acogedor, bellísimo y muy agradable. El personal que atiende igualmente es muy atento.
Después de una larga deliberación, opté por una “Gallette” de manzanas y un cortado del café de su marca privada, por el barista y dueño Guido Miragoli, que tuvo la cortesía de permitirme fotografiar varios ángulos del hermoso local.
Desde un ventanal en el salón principal se puede observar el área de cocina y horneado, que también abre hacia la acera. Obviamente los diseñadores tienen un finísimo ojo para los detalles.
@cientotreintagrados
Calle Fernández de los Ríos #61
Entras a este pequeño gran café, y te recibe nuestra amiga Marta con muchas delicias acabadas de hornear, y un excelente café.
El local tiene ambiente más hogareño que otra cosa, una gran vitrina llena de confecciones y más espacio de mesas que los demás cafebares que he visitado... y casi todas estaban llenas.
De hecho, salí para cederle mi mesa a una pareja que esperaba. Por mi gusto hubiera estado un rato más. ¡Buen provecho!
@thelittlebigcafe
De hecho, salí para cederle mi mesa a una pareja que esperaba. Por mi gusto hubiera estado un rato más. ¡Buen provecho!
@thelittlebigcafe
El Rastro de mi andanza
Ya es domingo y se me ocurre la brillante idea de llegarle a los cafés del Barrio de las Letras y de Lavapies sin pensar que es domingo en el Barrio de Las Letras y de Lavapies, y eso significa que por allí se celebra El Rastro. Vine a caer en cuenta cuando comencé a ver los quioscos por todas las calles que pasé. El Rastro es un mercado callejero estilo “flea market” en que se vende desde flores, libros y antigüedades hasta ropa y productos electrónicos. Muchas calles... no... TODAS las calles, aceras, callejones, esquinas y rincones están llenas de puestos de venta. Se me hizo muy difícil cruzar de un lado a otro para llegar a mi destino, tropezando con el mar de cientos de personas que intentaban comprar, pasear o mirar. Al rato de esquivar por todos lados - y de volver loco al GPS del móvil yendo de un lado hacia otro - logré llegar a la calle que buscaba.
Plántate
Calle Meson de Paredes #28
Con un playlist llamado ‘Domingo en la mañana’ de fondo, Kevin me pregunta si quiero ‘mantecado’ con la tarta de manzana... “No”, le contesto. “No a esta hora y mucho menos para desayunar”... y se muere de la risa.
¡Encantador, el lugar lleno de plantas, como dice su nombre! Las paredes de ladrillo expuesto dan la sensación de que estás en un jardín o invernadero, y las mesas con sillas de metal abonan a ese ambiente. Aquí se combinan la afición por el café y por la horticultura.
Kevin, es un amistosísimo canadiense adoptado por Madrid hace diez años y dice que no usa su apellido para el negocio: “Me llamo sólo Kevin, como Madonna”. Después de conversar me recomendó varios cafebares cerca del suyo para que aprovechara el paseo. Lo más gracioso fue que alcanzó a ver las fotos que tomé, y aunque parecía listo para una sesión de fotos para revista, comentó “Dios mío, qué mal me veo. Necesito afeitarme”.
Finalmente opté por la Tarta de manzana artesana (sin mantecado, porque es para la dieta... de nuevo el chiste interno) y un café de Costa Rica por la barista Maisa.
@plantatecafe
@plantatecafe
Plenti
Calle Costanilla de los Desamparados #13
Una vez más intenté pasar desapercibido cuando entré a este cafebar. Una vez más no funcionó y ya me doy por vencido. Quizás esta vez no por mi imagen, sino porque los clientes que estaban son locales y el único “de afuera” era yo.
Gonzalo Durán y Sophie Howard super amables en su bellísimo local Plenti Café también en el Barrio de las Letras, bien blanco y bien acogedor; con una espectacular barra de hormigón gris que preside el espacio. Las paredes de ladrillo pintado de blanco y detalles de madera clara. Minimalista y perfecto.
La sabrosa tarta de fresas con coco (una célebre combinación para alguien que viene de las islas del Caribe) y el cafecito doble resultaron excelentes. ¡Mil gracias! @plenti.cafe
A pagar la multa
Vale, la brutal cantidad de café que he tomado estos días visitando cafebares ha tenido su efecto... y eso que acostumbro tomar varias tazas a diario.
Seguramente perdí la cuenta y tomé más café de lo que he debido, o tal vez ha sido la combinación de vinos, cervezas y sabrosos platos con mucho pimentón que he estado comiendo porque estoy de vacaciones. El punto es que me siento como morir y tengo que bajar revoluciones o no voy a llegarle al aeropuerto el día de regreso. Cené light en el mismo hotel, mucha agua y descanso...
Seguramente perdí la cuenta y tomé más café de lo que he debido, o tal vez ha sido la combinación de vinos, cervezas y sabrosos platos con mucho pimentón que he estado comiendo porque estoy de vacaciones. El punto es que me siento como morir y tengo que bajar revoluciones o no voy a llegarle al aeropuerto el día de regreso. Cené light en el mismo hotel, mucha agua y descanso...
y de regreso a las andadas. Esta vez salí más como fotógrafo que “bloguero” y opté por señalar tres lugares en vez de entrar a consumir:
Bianchi Kiosko Caffé
Calle San Joaquín #9
@bianchikioskocafe
@bianchikioskocafe
Ruda Café
Calle Ruda #11
@rudacafe
@rudacafe
El Patio de La Central, de Callao
Postigo de San Martín #8
La Central del Callao es una librería en la misma concurrida plaza del cinematógrafo del Callao. El atrio central del edificio lo han convertido en un bellísimo restaurante casual elegante - en concepto de aire libre, pero techado. El restaurante está de moda y tiene una localización envidiable, así que usualmente está lleno, aunque se mueve bastante ágilmente y no parece que haya que esperar mucho.
@elpatiodelacentral
@elpatiodelacentral
Levadura Madre, con varias sucursales por todo Madrid, ofrece excelentes panes, repostería y un espacio muy acogedor. No soy de seguir a las cadenas de negocios, pero ésta está tan bien presentada que no fue hasta que estaba merendando que supe que era un concepto repetido.
El diseño basado en colores tierra, ambiente natural casero y minimalista me llamó mucho la atención hasta el punto de decidir a entrar cuando pasé por la acera.
La atención fue excelente, al igual que el bizcocho de zanahoria y el café. @levaduramadre
La atención fue excelente, al igual que el bizcocho de zanahoria y el café. @levaduramadre
Entonces, volviendo al Tamarindo
¿Qué por qué el nombre de Refresco de Tamarindo en vez de otra fruta? Porque el tamarindo es amargo como la vida. Si lo diluyes en agua con un poco de azúcar, llega el momento en que le coges el gusto, igual que al café.
Nunca pensé en otra fruta. Quería un nombre refrescante y creo que la selección fue acertada. Imagínate que la página se llamara “Jugo de china”, “Zumo de limón”, o “de Guayaba”. No sería igual. El tamarindo es más como de la tierra, menos comercial... más agrio y punzante.
Cuando niño odiaba el tamarindo, pero hace poco me ofrecieron refresco, terminé tomándolo, y adquirí un nuevo gusto por esa fruta. Tal vez sea eso, o que finalmente he llegado a cogerle... el amargo gusto a la dulce vida.
Cuando niño odiaba el tamarindo, pero hace poco me ofrecieron refresco, terminé tomándolo, y adquirí un nuevo gusto por esa fruta. Tal vez sea eso, o que finalmente he llegado a cogerle... el amargo gusto a la dulce vida.
Coteja el siguiente artículo sobre la Hacienda Pomarrosa en Ponce, Puerto Rico y la experiencia de ir a recoger café:
Me dijeron que la iba a pasar tan mal, que supe que la iba a pasar muy bien.
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