Por muchos años viví a pasos de la playa: cerca del Parque del Indio y luego en Ocean. El ambiente era bastante casual, y compraba los ingredientes del día a pie en el colmado cercano. Durante el verano, el gazpacho andaluz era algo que hacía mucho sentido por el mucho calor, y lo preparábamos a menudo casi siempre con ensalada de papas. Guardaba un galón en la nevera y nos duraba el fin de semana. Por alguna razón cuando me mudé del área, se me olvidó lo mucho que disfruto esa sopa fría.
Anoche de repente alguien hizo la receta por TV, y el marullo de recuerdos me arropó. Voy a volver a hacer gazpacho. Una lástima que ya haya pasado el verano y la sequía porque hubiera sido perfecto, pero no me importa. Ojalá que a mi perro Chocolate le guste, porque eso es lo que vamos a cenar hoy.
Dicen que el gazpacho es una receta que viene de los árabes, y que originalmente era una sopa de pan viejo, y caldo de ajos. Con los años, los agricultores del medio-oriente que vinieron a trabajar en España le fueron añadiendo pedazos de los vegetales que cultivaban: tomates, pimientos y pepinos, y más tarde se empezó a machacar en un mortero. El nombre viene del árabe “caspa”, que significa “lo que sobra o que se va a desechar”, supongo que por el uso del pan duro.
La receta clásica andaluza lleva eso: tomate, pimientos verde y rojos, pepino, ajo, pan viejo, aceite de oliva y vinagre, todo molido hecho un puré bastante ralo. Algunas veces le añaden cebolla o se la echan picada después de servida. En otras partes de España sirven los pedazos sin moler, la hacen con caldo de pollo y la sirven caliente, o inclusive algunos le añaden carne o mariscos. En el sur de Puerto Rico, se le llama gazpacho a una ensalada de aguacate con bacalao, tomate, cebolla y a veces huevo duro picado.
Dentro de lo clásico de mi receta personal, hay un par de detalles que la distancian de la original. Por ejemplo, en vez de usar tomates frescos solamente, hago una mezcla con tomates enlatados y jugo de tomate. La experiencia ha sido que esa combinación redondea el sabor a tomate y le da riqueza, opuesto a la textura aguachosa del tomate fresco molido solo. A veces he usado el tomate italiano ovalado y es excelente para el gazpacho. La otra, es que uso un procesador de alimentos en vez de un mortero. Esa no la voy a explicar.
Sobre el uso del pan, pues prefiero un pan artesanal con corteza dura, o pan de agua si no lo consigo. Se supone que se deje remojando en agua con sal, pero eso es para ablandarlo si el pan es viejo y duro. Si es un pan fresco, se puede echar directamente a la mezcla.
El aceite de oliva debe ser extra virgen, para que tenga un sabor más fuerte. El vinagre podría ser cualquiera, pero prefiero que sea de manzana, de vino o hasta balsámico, al que le añado un poco de limón porque es dulce y no es tan ácido. Por último, le añado un poco de cilantro, porque lo siento más “sofrito” caribeño.
Hay una pizzería en Isla Verde que hace pizza con sofrito por encima, y siempre que la pido pienso en esta sopa. Tiene tomate, pimiento, cebolla, ajo, cilantro y lo ponen crudo, para que se cocine al hornearla. En verdad creo que por eso le añado cilantro a mi receta, porque me encanta comer pan con sofrito. Una vez aprendí a echarle sofrito a la mayonesa para un sandwich de pollo, y eso se ha convertido en la receta usual.
Pues manos a la obra. Este es un plato que cae muy bien al estómago, porque es como comerse una ensalada molida. Es vegetariano con muy pocas calorías, lo que lo hace dietético. Por el momento, esta noche voy a cenar gazpacho con Chocolate.
Gazpacho Andaluz
Ingredientes
6 tomates maduros grandes y carnosos
1 lata de tomates
1 lata de jugo de tomate
2 pimientos verdes
1 pimiento rojo
1 pepino
1 corazón de cebolla grande,
1 diente de ajo
2 rebanadas de pan del día anterior sin la corteza
cilantro
sal
aceite de oliva extra virgen
vinagre
* - Las proporciones de los ingredientes son al gusto, como en toda receta tradicional.
Preparación
1. Pon a remojar las rebanadas de pan si está duro. Colócalas en un bol con agua de sal hasta cubrirlas.
2. Pica los tomates, los pimientos, el pepino, la cebolla y el ajo. A los pimientos se les quita las semillas.
3. En el procesador de alimentos, coloca la mezcla de ingredientes (en una tanda o en varias tandas), añade los tomates de lata con su agua, el jugo de tomate y tritura hasta conseguir una crema. Añade el pan escurrido, el vinagre y bate hasta conseguir que todo esté bien triturado y emulsionado.
4. Comprueba el punto de sal y vinagre.
5. Cuélalo para eliminar la piel del tomate, del pimiento, y la semilla de tomate.
6. Añade agua si fuera necesario, tiene que quedar una textura de crema líquida. Guarda en la nevera y en el momento de servir rocía con un chorrito de aceite de oliva.
7. Sírvela con una guarnición de pepino crudo cortado en dados, cubitos de pan (normal o tostado), pimiento cortado en cubitos y cebolla picada. Cada elemento en un platito aparte para que los comensales puedan servirse a su gusto.
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