domingo, 7 de septiembre de 2025

“Hoy para mí, es un día especial…”

Con este filme, continúo la serie de artículos basados en mis películas favoritas de toda la vida, en los que entrelazo las historias, con su país de origen en muchos casos, y la gastronomía que ello sugiere. 

La primera, el artículo “A tu lado, Camila, se basa en la película argentina de María Luisa Bemberg: ‘Camila’, y es la entrada anterior a ésta en el Blog.

La idea es que el lector se sumerja no sólo en la trama de la película, sino que adopte su ambiente mientras la disfruta, pruebe algunos platillos de la era o del país, y si se anima, hasta se vista apropiadamente según la época.

Todas las películas son clásicos y se consiguen fácilmente a través de los sistemas de alquiler, páginas de Internet o en DVDs.


“Las dos cosas más importantes en la vida son: La primera, comer. La segunda, cenar” 

- Rafael Ansón - Presidente, Real Academia de Gastronomía de España.











Esta vez, me refiero a la película Big Night, dirigida por el actor Italo-americano Stanley Tucci, y que representa las vicisitudes de un restorán familiar de comida italiana en Nueva York.

Seguí esta película originalmente por ver a Tony Shalhoub, que anteriormente hacía el personaje de Antonio Scarpacci en la serie Wings, y que junto a Lowell -interpretado por Thomas Haden Church- eran mis favoritos.


Shalhoub luego se hizo muy famoso por la serie Monk, en que protagonizaba como Adrián Monk, un detective con trastorno obsesivo-compulsivo y muchísimas manías.

La película me enamoró en principio por el ambiente gastronómico en el restorán; luego por los actores -entre los que incluyo a la comida- y finalmente por la historia “feel good”.


Con el tiempo, he venido a admirar a su director, Stanley Tucci, más por su vida personal que como artista. He leído sus tres libros autobiográficos: 

Taste, en donde narra su vida desde la niñez en New York hasta su trabajo actoral y gastronómico de adulto - pasando por sus comienzos como actor, y una reciente afección cancerosa que le causó la pérdida del gusto (taste) por varios años;

What I Ate In A Year, en que cuenta el diario comer en la cotidianidad de su casa, sus viajes, filmaciones en distintos países y salidas con colegas artistas ultra conocidos. 

Excelente e interesante, este incluye su experiencia en Conclave, su película más reciente.

 

Finalmente el Tucci Cookbook, que es la recopilación de las recetas mencionadas en los otros dos libros, y que inclusive aparecen en ellos junto a muchas más.


Entre otros, la película cuenta con Stanley Tucci (The Sopranos, Devil Wears Prada y Conclave), Tony Shalhoub (Wings y Monk), Allison Janney (The West Wing), 

Isabella Rossellini (la hija de Ingrid “Casablanca” Bergman), 

Mark Anthony (sí, el boricua, ex de J-lo y Dayanara).





LA GRAN NOCHE

(1996) Dirigida por Stanley Tucci


En la costa de Nueva Jersey, en la década de 1950, dos hermanos inmigrantes italianos de Calabria son dueños y regentan un restaurante llamado "Paradise". Uno de ellos, Primo, (Tony Shalhoub) es un chef brillante y perfeccionista que se enfada ante las expectativas de sus pocos clientes de comida italiana "americanizada" y quiere presentar los platos verdaderamente típicos de su país. La oferta de su tío para que regresen a Roma y le ayuden con su restaurante le resulta cada vez más atractiva. 

El hermano menor, Secondo, (Tucci) es el gerente -el tipo “cool”- del restaurante, un hombre fascinado por las posibilidades que ofrece su nuevo proyecto y la vida en los Estados Unidos. 

A pesar de los esfuerzos de Secondo y la magnífica comida de Primo, su restaurante no consigue alcanzar el éxito ni el reconocimiento. Las dificultades de Secondo como empresario le impiden comprometerse con su novia Phyllis, y recientemente se ha acostado con Gabriella, la esposa de su competidor y dueño del restaurante, "Pascal's" (Ian Holm), que ha triunfado a pesar de (o quizás gracias a) la comida mediocre y sin inspiración que se sirve allí.

Desesperado por mantener Paradise a flote, Secondo le pide un préstamo a Pascal. Pascal duda, insistiendo en una oferta anterior de que los hermanos trabajen para él, que Secondo rechaza, porque él y su hermano quieren mantener su propio restaurante. 



Primo y Secondo se lanzan a los preparativos para esta "gran noche", gastando todos sus ahorros en comida, bebida y decoración, invitando a numerosas personas (incluido un periodista) a unirse a ellos para un magnífico festín con un tímpano (un complejo plato de pasta al horno). La comida de la parte final de Big Night es, sin lugar a dudas, uno de los mayores espectáculos culinarios jamás filmados.

Primo se entrega por completo a cada plato, con esmero y gran maestría en la cocina. Mientras esperan la llegada del cantante y su séquito, los comensales disfrutan de la exquisita comida y participan en una fabulosa celebración. Sin embargo, pasan las horas y se hace evidente que el famoso señor Prima no va a venir, aunque el reportero, impresionado por la comida, promete pedirle a su periódico que envíe a un crítico gastronómico para impulsar el restaurante.
En un gesto aparentemente generoso, Pascal se ofrece a convencer al popular cantante italiano Louis Prima para que cene en Paradise cuando esté en la ciudad, asumiendo que el patrocinio del famoso cantante de jazz revitalizará el negocio de los hermanos.

Phyllis sorprende a Secondo y Gabriella besándose y sale corriendo a la playa. Ante la insistencia de Gabriella, Pascal admite que nunca llamó a Louis Prima, poniendo fin a la fiesta. Secondo sigue a Phyllis a la playa, donde tienen una última pelea. Primo y Secondo tienen una discusión acalorada y desgarradora, irritados por sus diferencias mutuas. 

De madrugada, Pascal le confiesa a Secondo que les tendió una trampa al fracaso, no como venganza por su romance con Gabriella, sino porque los hermanos no tendrían más remedio que trabajar para él. Secondo lo rechaza, diciendo que nunca trabajarán para él. 


Al amanecer, Secondo cocina una tortilla en una escena sin palabras. Al terminar, la divide en tres partes: una para Cristiano (Mark Anthony), otra para él y el resto se queda en la sartén. Primo entra muy triste, y Secondo le sirve la última porción. Cristiano se marcha mientras los hermanos empiezan a comer. Se abrazan y comen en silencio.


Sobre el filme, la crítica especializada comentó que las escenas de la cocina son tan maravillosas, que uno casi puede “oler” la cena mientras la preparan.


Big Night no siempre es perfecta, pero la experiencia de ver Big Night es algo similar a ver el timpano de la película: es una gran mezcla de ingredientes sueltos que se combinan a la perfección para crear algo totalmente único.



El espectacular “Timpano” que preparan como centro de la excesiva cena es el más impresionante personaje de la película, y uno que no tiene libreto. Esta confección no sólo le da una maravillosa impresión visual a los comensales, sino que es sabroso y hace que participar del proceso de preparar los componentes necesarios para rellenar el tambor de masa de pasta, valga la pena.


Estructural y creativamente, el “timpano” le dio un foco a la cena dentro de la película, con repercusiones que nunca anticiparon. La reacción del público durante las primeras proyecciones, eran de asombro al salir el plato, exactamente igual a como reaccionaron al salir los reconocidos actores.

El director, actor y libretista Tucci, hace una exposición completa de este plato en su libro ‘Taste’, que está  basado en los sabores que ha experimentado desde niño en su familia italiana, al norte de Nueva York. En él dedica un capítulo al “tímpano”, y rememora las muchas ocasiones especiales en que su mamá lo preparaba, las veces que él lo ha preparado, y explica cómo se hace. Así mismo comenta que desde que comenzó a escribir el libreto de la película, ya había decidido que el “tímpano” iba a ser el protagonista principal de la cena. Esta foto es de una recreación para el Eat, Drink, Watch Newsletter.


El “timpano”, como se le llama en Calabria, se ha preparado para fiestas y festivales en Italia por varios siglos. Se dice que llegó desde Marruecos a través de Sicilia. A la familia Tucci en Nueva York, la receta le llegó a través de la bisabuela de Stanley, Apollonia Pisani, directamente desde Serra San Bruno, un pequeño pueblo en Calabria.


Aquí lo dejo, por si te animas. ¡Buen provecho!



EL TÍMPANO ITALIANO


PARA LA MASA: 

4 tazas de harina para todo uso 

4 huevos grandes 

1 cucharadita de sal kosher 

3 cucharadas de aceite de oliva 

2 ½ tazas de agua 


PARA EL RELLENO: 

4 tazas de trozos de salami genovés de ¼ x ½ pulgadas 

4 tazas de cubos de queso provolone fuerte de ¼ x ½ pulgadas 

12 huevos duros, sin cáscara, cortados en cuartos a lo largo y cada cuarto cortado por la mitad para crear trozos 

4 tazas de albóndigas pequeñas

8 tazas de salsa Ragù

3 libras de ziti, cocido muy al dente (aproximadamente la mitad del tiempo recomendado en el paquete) y escurrido (18 tazas cocido) 

2 cucharadas de aceite de oliva 

1 taza de queso pecorino romano finamente rallado 

6 huevos grandes, batidos 


PARA PREPARAR LA MASA: 

Mantequilla 

Aceite de oliva 


PARA PREPARAR LA MASA

1. Coloque la harina, los huevos, la sal y el aceite de oliva en el tazón de una batidora de pedestal equipada con un gancho para masa. (También se puede usar un procesador de alimentos de gran capacidad). Agregue 3 cucharadas de agua y procese. Agregue más agua, 1 cucharada a la vez, hasta que la mezcla se una y forme una bola. 


Coloque la masa sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y amásela para asegurarse de que esté bien mezclada, aproximadamente 10 minutos. Deje reposar durante 5 minutos. 


2. Para amasar la masa a mano, mezcle la harina y la sal en una superficie de trabajo limpia y seca. Forme estos ingredientes secos en un montículo y luego haga un hueco en el centro. Rompa los huevos en el centro del hueco y bátalos ligeramente con un tenedor. Incorpore 3 cucharadas de agua. Use el tenedor para incorporar gradualmente algunos de los ingredientes secos a la mezcla de huevo. Continúe mezclando los ingredientes secos con los huevos, añadiendo el agua restante, cucharada a cucharada. Amase la masa con las manos hasta obtener una masa bien integrada, suave y seca. Si la masa se vuelve demasiado pegajosa, añada más harina. Deje reposar 5 minutos.


3. Extienda la masa sobre una superficie ligeramente enharinada. Espolvoree la parte superior con harina y extiéndela, espolvoreándola con harina y dándole la vuelta de vez en cuando, hasta que tenga unos 40 cm de grosor y el diámetro deseado. 


PARA PREPARAR EL RELLENO: 

1. Engrase generosamente el molde con mantequilla y aceite de oliva para que quede bien lubricado. Doble la masa por la mitad y luego otra vez por la mitad, formando un triángulo, y colóquela en el molde. Abra la masa y colóquela en el molde, presionándola suavemente contra el fondo y los lados, cubriendo los bordes con la masa sobrante. Reserve. 

2. Precalienta el horno a 350º F, 175 °C.


3. Tenga el salami, el provolone, los huevos duros, las albóndigas y la salsa ragú a temperatura ambiente. Mezcle la pasta escurrida con el aceite de oliva y deje que se enfríe un poco antes de mezclarla con 2 tazas de salsa ragú. Distribuya 4 tazas generosas de pasta en el fondo del tímpano. Cubra con 1 taza de salami, 1 taza de provolone, 3 de los huevos duros, 1 taza de las albóndigas y ⅓ de taza de queso romano. Vierta 2 tazas de la salsa sobre estos ingredientes. Repita este proceso para crear capas adicionales usando la misma cantidad de ingredientes hasta que hayan llegado a 1 pulgada del borde de la olla, terminando con 2 tazas de salsa ragú. Vierta los huevos batidos sobre el relleno. Doble la masa de pasta sobre el relleno para sellarlo completamente. Recorte y deseche cualquier capa doble de masa. Asegúrese de que el tímpano esté bien cerrado. Si nota alguna pequeña abertura, corte un trozo de la masa recortada para que encaje sobre la abertura. Use una pequeña cantidad de agua para humedecer estos trozos de masa para asegurarse de que se haya hecho un sello hermético. 


4. Hornee hasta que esté ligeramente dorado, aproximadamente 1 hora. Luego cubra con papel aluminio y continúe horneando hasta que el timpano esté cocido (y alcance una temperatura interna de 120 °F) y la masa esté dorada, aproximadamente 30 minutos. Retire del horno y deje reposar durante 30 minutos o más para permitir que el timpano se enfríe y se contraiga antes de intentar sacarlo del molde. El timpano horneado no debe adherirse al molde. Para probar, agite suavemente el molde hacia la izquierda y luego hacia la derecha. Debería girar ligeramente en el molde. Si alguna parte aún está adherida, sepárela con cuidado con un cuchillo.


5. Para desmoldar el timpano, coloque una bandeja para hornear o una tabla de cortar delgada que cubra todo el diámetro del molde sobre él. Sujete firmemente la bandeja o la tabla y el borde del molde e invierta el timpano. Retire el molde y deje enfriar el tímpano durante 30 minutos. Con un cuchillo largo y afilado, corte un círculo de aproximadamente 7,5 cm de diámetro en el centro del timpano, asegurándose de cortarlo hasta el fondo. Luego, corte el timpano como si fuera un pastel en porciones individuales, dejando el círculo central como soporte para los trozos restantes. Los trozos cortados deben mantenerse unidos, dejando al descubierto las capas de su delicioso sabor. 


6. Esta receta rinde para 12 a 16 personas. Las proporciones se pueden adaptar para un recipiente más pequeño o más grande.


7. MARIDAJE: Tinto claro o tinto medio. 


8. NOTA: El timpano tradicional se hornea en una cacerola redonda esmaltada, más ancha por arriba que por abajo. Encontrar una cacerola así puede ser difícil. Para esta receta de cocina, probamos varios recipientes de 6 cuartos de galón, el tamaño de la cacerola para la que está escrita esta receta.



* ® - Las fotos de la película son de la promoción. Las dos fotos de preparación, son de Eat, Drink Watch Newsletter, y tienen sus Derechos Reservados.


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lunes, 11 de agosto de 2025

"A tu lado, Camila"


“Camila, ¿vos creés en las historias de amor?” 

Como quien le pregunta a un niño en navidad si cree en los Reyes Magos, la abuela de Camila le hace esa pregunta. La contestación, que más que respuesta es una sentencia de muerte, desata uno de los más tórridos romances de la cinematografía Argentina. 


Con este filme comienzo una serie de artículos, basados en mis películas favoritas de toda la vida, en los que entrelazo las historias, con su país de origen en muchos casos, y la gastronomía que sugiere. 

La idea es que el lector se sumerja no sólo en la trama de la película, sino que adopte su ambiente mientras la disfruta, pruebe algunos platillos de la era o del país, y si se anima, hasta se vista apropiadamente según la época. 

Esta primera entrega se compone de cuatro filmes que escogí basándome en la cocina de sus países: Argentina, Italia, Brasil y Japón. Todas las películas son clásicos y se consiguen fácilmente a través de los sistemas de alquiler, páginas de Internet o en DVDs. 


CAMILA 

1984 - Dirigida por María Luisa Bemberg 

 En el Buenos Aires de 1840, una bella joven de alta sociedad se enamora de Ladislao, un sacerdote Jesuíta. Tras muchas tribulaciones, Ladislao sucumbe y ambos se escapan hasta un pueblo del interior en donde establecen una escuelita para niños, como si estuvieran casados. 

Luego de varios meses, el cura del pueblo, Michael Gannon, un sacerdote irlandés, los descubre y los acusa. Las autoridades los apresan y ajustician por presiones de la iglesia y de la misma familia de Camila, a pesar de que la ley prohibe la ejecución de una mujer que esta embarazada. 

 

Esta historia real sobre la vida de Camila O’Gorman, está protagonizada por Susu Pecoraro e Imanol Arias (protagonista de la serie española Cuéntame); Héctor Alterio, como el padre de Camila; y Mona Maris como la abuela. 

Confieso que he romantizado mucho esta película, como supongo que a todas mis favoritas. 

Les tengo un aprecio especial, aunque no dejo de entender que otro espectador pueda encontrarla anticuada y falta de tecnología moderna. Bueno, es lo que hay y lo que hubo en su época. A la larga no dejo de admirar lo logrado sin efectos especiales ni inteligencia artificial. 


 La Camila real 

Camila, la verdadera, era la quinta de los seis hijos del matrimonio de Adolfo O’Gorman y Joaquina Ximénez Pinto. Era inquieta, ávida lectora, sociable y desenvuelta, y según cuentan, con una marcada vena artística. 

 A los 18 años, en 1843 y en una de las habituales tertulias que los O’Gorman organizaban en su casa de Recoleta, esa Camila se enamoró. 

Ladislao Gutiérrez – ese era su nombre– era tucumano, tenía tres años más que ella y provenía de “buena familia”: era sobrino del gobernador Celedonio Gutiérrez, aliado de Juan Manuel de Rosas, el temido gobernador de la provincia de Buenos Aires. 

Y otra cosa: Ladislao era sacerdote en la parroquia del Socorro, en la esquina de Juncal y Suipacha, en la Capital. 

 

De acuerdo a la historia, los jóvenes se enamoraron inmediatamente. Entre ambos nació una pasión que no quisieron frenar. Esta unión generó diversas opiniones, que derivaron en un escándalo nacional. Al enterarse de este suceso, Juan Manuel de Rosas ordenó la detención de estos amantes. 

 

Tras cuatro años de romance clandestino, la pareja decidió huir para salvarse, y generó un escándalo sin precedentes en una época atravesada por las guerras violentas entre bandos políticos. El 12 de diciembre de 1847 huyeron de la ciudad. Cuando llegaron a Entre Ríos lo hicieron con una falsa identidad: Máximo Brandier y Valentina Deseán. En el pueblo de Goya, en Corrientes, abrieron una escuela. 

 

La condena social a ese amor prohibido, la persecución implacable, la vejación y el encarcelamiento de la pareja forman parte de una secuencia dramática que quedó plasmada en los textos de historia, libros románticos y en uno de los filmes más taquilleros del cine Argentino: Camila. 

 

Si bien debido a la época, no hubo un registro oficial de que Camila se encontraba embarazada. Juan Manuel de Rosas fue notificado de su condición, pero no mostró interés y decidió mantenerse firme en su dictamen. Son detenidos e interrogados por un juez, por separado. Camila insistió en que tomó la iniciativa del romance y en ningún momento había sido obligada a huir. 

La pareja fue enviada al patio trasero de la prisión donde se encontraban, y fueron fusilados. Ambos fallecieron a las diez de la mañana, el 18 de agosto de 1848. Camila tenía 20 años y Ladislao 24. Los enterraron, juntos, bajo un sauce. 

Hoy hay una placa recordatoria en el lugar donde fueron fusilados, actualmente parte de la Calle Ayacucho entre La Crujía y Libertad, en San Andrés, Provincia de Buenos Aires.


Esa primerísima escena de la película, en que la abuela hace la fatídica pregunta, la he llevado siempre grabada en el recuerdo. 

“Camila, ¿vos creés en las historias de amor?” justo al bajarse del carruaje que la trae a la casa de visita una temporada, es realmente el presagio de la ‘historia de amor’ de Camila. Su abuela, Marie Anne Périchon de Vandeuil O’Gorman –la llamaban la “Perichona”–, era una aristócrata francesa, de quien se decía tener una vida “licenciosa”.  

También recuerdo aquel memorable diálogo de los enamorados con sus ojos vendados, segundos antes del fusilamiento. 

“Ladislao, ¿estás ahí? ” 

“A tu lado, Camila”. 


 


Lo que nos gusta 

Pero volvamos a nuestra cita con el cine, con la cena, y preparemos algo muy rico para comer mientras disfrutamos de la película. He escogido dos platos relativamente sencillos -aunque nada fáciles- y que son de mis favoritos en la cocina Argentina. Como platillo principal, una Torta Pascualina, y de postre, los famosos alfajores. 

 A continuación te ofrezco ambas recetas, pero igual, si prefieres las puedes ordenar y comprar en algunos de los restoranes argentinos de San Juan. 

 

La mayoría de las fotos de ambos platillos que acompañan este escrito, son del restorán Buenos Ayres, de Punta Las Marías, en San Juan de Puerto Rico. Los prepara el Chef Alejandro, a quien se ve a cada rato mientras saca bellísimas confecciones para los mostradores.  

Allí también venden el Dulce de Leche envasado comercialmente, por si decides hacer los Alfajores, porque es un poco trabajoso de hacer desde cero, según puedes ver en la receta. Se lo comenté al mismo Chef, que miró al cielo con gesto de “dímelo a mí… que si es difícil”.  


TORTA PASCUALINA 


 INGREDIENTES 

Para el relleno: 

1 Cebolla picadita 

1 Diente de Ajo 

2 tazas de Espinaca al vapor, picada 

4 cucharadas de Aceite de Oliva 

2 tazas de queso Ricota 

2/3 taza de Queso parmessano rallado 

Pimienta 

Nuez moscada


1/2 cucharadita de Sal 

2 Huevos crudos


5 Huevos duros
 

Para la masa: 

Aceite de oliva. La cantidad que sea necesaria.


1 Huevo


Pizca de Sal


2 tazas de Harina


1 taza de Agua  


PROCEDIMIENTO: 

Para la masa: 

 En una batidora, con brazo para amasar, coloca la harina, 1 huevo, la pizca de sal y el agua. 

 Trabaja la masa hasta que se despegue del envase de la batidora.  

Luego, amásala con las manos hasta obtener una masa lisa y suave. 

Una vez que esté lista, haz 8 bollitos y deja descansar en la nevera.  

Cuando ya estén fríos, estira los bollitos descansados y apila 4 pintando con aceite de oliva entre cada uno. 

Estira hasta lograr el ancho y el espesor deseado. Acabas de hacer un “hojaldre” sencillo. 

Repite esta operación con los 4 bollitos restantes. 


 Para el relleno: 

 Condimenta el ricotta con sal, la pimienta y la nuez moscada y la mitad del queso parmesano rallado. 

 Sofríe la cebolla picadita con 1 diente de ajo. Deja reposar para que baje la temperatura. Añade las espinacas al vapor picadas y 1 huevo. Une ambas mezclas. 

 Para el montaje: 

 Forra un molde alto de chimenea con una de las masas de 4 capas estiradas y llena hasta la mitad con el relleno. Inserta los 5 huevos duros de manera bonita, espolvorea con el restante queso rallado y cubre con el relleno sobrante. 

 Tapa con la segunda masa estirada sellando todos los bordes, y pinta con un huevo crudo batido. Hornea a 350° por 50 minutos.  


ALFAJORES DE MAICENA 

 INGREDIENTES: 

1 taza de harina 

2 tazas de maicena 

1/2 cucharadita bicarbonato de sodio 

2 cucharaditas polvo de hornear 

1 taza mantequilla 

2/3 taza de azúcar 

3 yemas 

1 cucharada esencia de vainilla 

1 cucharadita ralladura de limón 

Dulce de leche para rellenar 

Coco rallado para decorar 

PROCEDIMIENTO:

Cierne la maicena, la harina, el bicarbonato y el polvo de hornear. En un envase, bate la mantequilla con el azúcar. Agrega las yemas una a la vez, mezclando bien. 

 Al mismo envase incorpora poco a poco los ingredientes secos ya cernidos. Incorpora la esencia de vainilla, la ralladura de limón y mezcla bien hasta formar una masa homogénea. 

 Estira la masa (sin amasarla) hasta que quede de 1/4 de pulgada de espesor sobre una mesa espolvoreada con harina. Corta con moldes en forma circular. 

 Coloca en una placa limpia y hornea a 350º durante 15 minutos. Una vez que las tapas estén cocidas déjalas enfriar. Forma los alfajores, uniéndolos cada dos tapas con dulce de leche en el medio.  

Puedes guardar las tapitas una vez frías en cajas herméticas para que no se humedezcan, y usarlas en cualquier momento. 


 DULCE DE LECHE CASERO 


 INGREDIENTES: 

1 litro de leche 

1 taza de azúcar blanca 

Esencia de vainilla 

1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio 

 Calienta el litro de leche en una olla gruesa y manténlo a temperatura media hasta que esté a punto de hervir. Luego, incorpora el azúcar, y revuelve lentamente hasta que se disuelva en la leche. 

Añade el bicarbonato y una cucharada de esencia de vainilla. Cuida la temperatura. No debes dejar que la mezcla hierva. 

Deja cocinar durante dos horas, revolviendo cada 15 minutos a menos que notes que está cercano al punto de ebullición. Cuando transcurra una hora y media será momento de revolver con mayor frecuencia. 

A medida que avances, notarás que la leche adopta un tono más oscuro de caramelo. Es importante seguir mezclando hasta que ha obtenido la consistencia ideal. 

Cuando llegue a ese punto, retira del fuego, y sigue mezclando lentamente para que baje la temperatura. Este es un paso importante que ayuda a que mejore su espesor. Lo ideal es consumir el dulce de leche luego de que éste haya sido refrigerado. 

 El truco del bicarbonato es esencial porque ayuda a que espese de forma uniforme, pero no se debe añadir más de media cucharada.  


* ® - Las fotos de la película son de la promoción, y tienen sus derechos reservados.

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