Tradición de Navidad #2

Me hace falta:

La música jíbara

Ramito

Las mañanas frías de diciembre me hacen revivir las madrugadas en la casa de mi abuela. Digo madrugadas porque ella se levantaba extremadamente temprano, y si de casualidad se despertaba a eso de las seis, exclamaba “¡...se me fue el día!”.

Lo primero que hacía era prender el radio que tenía en la cocina, e invariablemente lo que se escuchaba era música jíbara navideña. Así conocí -y aprendí a admirar entre otros, a Ramito, Chuíto “el de Bayamón” y a Toribio, un tocador de güiro a quien más tarde vi en el busto que le erigieron en la placita frente a La Mallorca en el Viejo San Juan.

Toribio

Una mañana hace un par de diciembres llegué a mi cocina en la oscuridad y al encender mi radio escuché la música de mi abuela. Sentí el frío de la mañana y tuve lo que llaman un “deja-vu”. En realidad prefiero pensar que esa madrugada, mi abuela me deseó Feliz Navidad.

A veces siento nostalgia de algunas cosas de mi Navidad “de antes”. No digo de niño porque hay recuerdos muy recientes que igualmente echo de menos. 

No siempre todo tiempo pasado fue mejor... pero a veces deja los recuerdos más queridos.