jueves, 15 de mayo de 2014

Un buen “Café Pendiente” para el vecino


En medio del ajetreo, Quique Reus, dueño de Buen Vecino Café en Hato Rey, siempre encuentra un ratito para compartir con los vecinos y clientes. Esta vez, sobre un par de cortaditos, conversamos sobre el interesante proyecto Café Pendiente, al cual se han unido. 

El concepto del "Café Pendiente”, se trata de dejar pago un café que le será donado a un desconocido. La idea surgió en Italia y se ha extendido a varios países, incluyendo a Puerto Rico. 

Barista: Jan Michael Vega
El Café Pendiente nació hace más de un siglo en Nápoles. Cuando un obrero tenía algo que celebrar, bebía un café y dejaba otro “caffè sospeso” para quien viniese luego y no pudiera pagarlo. Un acto de solidaridad completamente anónimo para quien lo recibe. A la Isla, llega de la mano de Iniciativa Comunitaria, organización dirigida por el doctor José Vargas Vidot. 

En Buen Vecino Café ya tienen muchos clientes que han dejado cafés pendientes, y han tenido personas que han venido a consumirlos. ¡Qué bien! 



Si no estás al tanto de lo que es un “café pendiente”, aquí te incluimos su historia que el poeta, novelista y dramaturgo Tonino Guerra escribió porque se la contó uno de sus directores usuales Federico Fellini o Vittorio De Sica:

Esta foto ha servido de imagen base para el concepto del "Café Pendiente" a través del mundo.

La Historia del Café Pendiente

Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa. Luego entraron dos personas:
- "Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres pendientes". Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van.

Pregunto: - ¿Cuáles son esos “Cafés pendientes”? Me dicen: - Espera y verás.
Luego vienen otras personas. Dos chicas piden dos cafés y pagan normalmente.
Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:
- "Tres son para nosotros, y cuatro pendientes". Pagan por siete, se toman los tres y se marchan.

Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
Estamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante de la cafetería. 

De repente, en la puerta aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja:
- ¿Tienen algún "café pendiente"?

Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente. Allí dejaban en los establecimientos de esta manera no sólo el café, sino también comida. Esa costumbre ya ha salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a muchas ciudades de todo el mundo.

Esta historia está copiada de la página: http://compartiendoreflexiones.blogspot.com/2013/03/historia-cafe-pendiente.html#ixzz2OhpCQM5Q


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