Aparentemente todo el mundo tiene pedazos de pizza guardados en la nevera de su casa, y usualmente la comen fría a cualquier hora. Muchos guardan arroz - blanco o guisado - y también confesaron comerlo frío por la prisa. Uno que dijo que lo calentaba, lo mete al micro con una lasca de queso americano para que se le derrita por encima. Eso suena bien. Otro sofríe cebollas en mantequilla para juntarlas con el arroz; y si no tiene cebolla, come solo arroz con mayonesa. Cuando lo que hay son las habichuelas guisadas, pero no hay arroz, se come los granos como si fuera un dip recogiéndolo con pan o galletas.
Hace tiempo alguien me comentó que le echaba aceitunas y mantequilla al arroz blanco antes de calentarlo. La idea no está tan mal, e inclusive lo he hecho a mi manera: primero lavo las aceitunas para quitarle el sabor vinagroso y las echo al arroz blanco crudo. Luego lo cocino como siempre y cuando está listo le echo mantequilla derretida por encima... sabroso. Eso lo he hecho con invitados en casa y ha sido un éxito.
Las tortillas son otro de los platillos favoritos de la madrugada. Los ingredientes son los que varían... desde los más tradicionales, como los amarillos, papas o vegetales de lata, hasta los más cuestionables, como la tortilla de Corn Flakes o de spaghetti con carne. Esta última sin embargo, me recuerda una fritatta italiana tradicional más que un “resuelve”. Por supuesto, esto supone que en la nevera hay huevos para confeccionar la tortilla, y suficiente tiempo para terminarla... porque uno de los cuestionados confesó comerse dos huevos crudos con tal de no esperar a que se cocinaran. En esa nota, hay quien ha devorado chuletas crudas frías por la misma razón. ¡O.M.G.!
Los emparedados son la tercera comida más degustada de la madrugada, con distintos tipos de preparación. Algunos hechos con pan especial o criollo, y con rellenos que van desde jamón y queso hasta un sandwich de arroz con habichuelas. Otros sandwiches memorables son los hechos con dos galletas export soda; e inclusive hay quien hace su sandwich usando dos pancakes, de los congelados.
Uno que no tenía hot dogs, pero tenía el resto de los condimentos, tomó el pan alargado y le puso salchichas de punta a punta hasta que cubrió el largo del pan, y lo terminó con ketchup, mostaza, relish y sauerkraut. Digno del parque de pelota. Otra persona que sí tenía hot dogs pero no tenía los condimentos, optó por echarle sirop de pancakes en vez de ketchup y mostaza. Hablando de mostaza, uno de los amigos me dijo que se comió un bloque de tofú frío con mostaza por encima. ¡Hmmmmm!
No faltaron los que aprovechan las sobras de pasta. Por ejemplo, una combinó spaghetti con un “dip” de queso crema y ajo, del que viene listo en la latita pequeña para servir con galletas en las fiestas. Eso debe hacer como una Salsa Alfredo muy particular, igual... pero distinta.
Entre las combinaciones más extrañas están los doritos con Nutella; los pedazos de pan con sirop de pancakes; pico de gallo con sirop de chocolate; pizza con un limón exprimido por encima; y un sandwich de doritos con mayonesa.
Los sobrecitos de ketchup, mostaza, mayonesa, salsa soya y duck sauce de los empaques para llevar, también reciben thumbs up porque siempre están disponibles en los recovecos de la nevera.
No te sientas marginado si en medio de un ataque de hambre de madrugada se te ocurre comer corn flakes, y la única leche que encuentras es leche en polvo. Espolvoréala por encima y échale un poco de agua fría. Puede que parezca engrudo, pero no vas a ser el primero ni el único que lo hace.
Como dice René, aunque no necesariamente hablando de comida:
Como dice René, aunque no necesariamente hablando de comida:
“Se vale to’ en este sándwich de salchicha
Se vale to’ aunque pasen con ficha
Se vale to’, morena, trigueñita o jincha”.
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