lunes, 19 de octubre de 2015

¡Se me olvidó el gazpacho!

Por muchos años viví a pasos de la playa: cerca del Parque del Indio y luego en Ocean. El ambiente era bastante casual, y compraba los ingredientes del día a pie en el colmado cercano. Durante el verano, el gazpacho andaluz era algo que hacía mucho sentido por el mucho calor, y lo preparábamos a menudo casi siempre con ensalada de papas. Guardaba un galón en la nevera y nos duraba el fin de semana. Por alguna razón cuando me mudé del área, se me olvidó lo mucho que disfruto esa sopa fría.

Anoche de repente alguien hizo la receta por TV, y el marullo de recuerdos me arropó. Voy a volver a hacer gazpacho. Una lástima que ya haya pasado el verano y la sequía porque hubiera sido perfecto, pero no me importa. Ojalá que a mi perro Chocolate le guste, porque eso es lo que vamos a cenar hoy.

Dicen que el gazpacho es una receta que viene de los árabes, y que originalmente era una sopa de pan viejo, y caldo de ajos. Con los años, los agricultores del medio-oriente que vinieron a trabajar en España le fueron añadiendo pedazos de los vegetales que cultivaban: tomates, pimientos y pepinos, y más tarde se empezó a machacar en un mortero. El nombre viene del árabe “caspa”, que significa “lo que sobra o que se va a desechar”, supongo que por el uso del pan duro.

La receta clásica andaluza lleva eso: tomate, pimientos verde y rojos, pepino, ajo, pan viejo, aceite de oliva y vinagre, todo molido hecho un puré bastante ralo. Algunas veces le añaden cebolla o se la echan picada después de servida. En otras partes de España sirven los pedazos sin moler, la hacen con caldo de pollo y la sirven caliente, o  inclusive algunos le añaden carne o mariscos. En el sur de Puerto Rico, se le llama gazpacho a una ensalada de aguacate con bacalao, tomate, cebolla y a veces huevo duro picado.

Dentro de lo clásico de mi receta personal, hay un par de detalles que la distancian de la original. Por ejemplo, en vez de usar tomates frescos solamente, hago una mezcla con tomates enlatados y jugo de tomate. La experiencia ha sido que esa combinación redondea el sabor a tomate y le da riqueza, opuesto a la textura aguachosa del tomate fresco molido solo. A veces he usado el tomate italiano ovalado y es excelente para el gazpacho. La otra, es que uso un procesador de alimentos en vez de un mortero. Esa no la voy a explicar.

Sobre el uso del pan, pues prefiero un pan artesanal con corteza dura, o pan de agua si no lo consigo. Se supone que se deje remojando en agua con sal, pero eso es para ablandarlo si el pan es viejo y duro. Si es un pan fresco, se puede echar directamente a la mezcla. 

El aceite de oliva debe ser extra virgen, para que tenga un sabor más fuerte. El vinagre podría ser cualquiera, pero prefiero que sea de manzana, de vino o hasta balsámico, al que le añado un poco de limón porque es dulce y no es tan ácido. Por último, le añado un poco de cilantro, porque lo siento más “sofrito” caribeño.  

Hay una pizzería en Isla Verde que hace pizza con sofrito por encima, y siempre que la pido pienso en esta sopa. Tiene tomate, pimiento, cebolla, ajo, cilantro y lo ponen crudo, para que se cocine al hornearla. En verdad creo que por eso le añado cilantro a mi receta, porque me encanta comer pan con sofrito. Una vez aprendí a echarle sofrito a la mayonesa para un sandwich de pollo, y eso se ha convertido en la receta usual.

Pues manos a la obra. Este es un plato que cae muy bien al estómago, porque es como comerse una ensalada molida. Es vegetariano con muy pocas calorías, lo que lo hace dietético. Por el momento, esta noche voy a cenar gazpacho con Chocolate.

Gazpacho Andaluz
Ingredientes
6 tomates maduros grandes y carnosos
1 lata de tomates
1 lata de jugo de tomate
2 pimientos verdes
1 pimiento rojo
1 pepino
1 corazón de cebolla grande, 
1 diente de ajo
2 rebanadas de pan del día anterior sin la corteza
cilantro
sal
aceite de oliva extra virgen 
vinagre
* - Las proporciones de los ingredientes son al gusto, como en toda receta tradicional.

Preparación
1. Pon a remojar las rebanadas de pan si está duro. Colócalas en un bol con agua de sal hasta cubrirlas.

2. Pica los tomates, los pimientos, el pepino, la cebolla y el ajo. A los pimientos se les quita las semillas.

3. En el procesador de alimentos, coloca la mezcla de ingredientes (en una tanda o en varias tandas), añade los tomates de lata con su agua, el jugo de tomate y tritura hasta conseguir una crema. Añade el pan escurrido, el vinagre y bate hasta conseguir que todo esté bien triturado y emulsionado.

4. Comprueba el punto de sal y vinagre.

5. Cuélalo para eliminar la piel del tomate, del pimiento, y la semilla de tomate.

6. Añade agua si fuera necesario, tiene que quedar una textura de crema líquida. Guarda en la nevera y en el momento de servir rocía con un chorrito de aceite de oliva.

7. Sírvela con una guarnición de pepino crudo cortado en dados, cubitos de pan (normal o tostado), pimiento cortado en cubitos y cebolla picada. Cada elemento en un platito aparte para que los comensales puedan servirse a su gusto.



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domingo, 18 de octubre de 2015

El jardín del nuevo amanecer

Hace siete años que Carlos Morales ofrece clases de cultivar bonsai, y como es tradición en el lejano oriente, su escuela acaba de recibir su nombre oficial de parte del maestro chino Min Hsuan Lo:  Liming Yuan, que traducido del chino significa “El Jardín del Nuevo Amanecer”.


“Estaba celebrando con Frances nuestro aniversario de bodas con un día en la playa, cuando me llamaron a decirme que el maestro había decidido el nombre. Ese momento fue para-pelos. Te lo cuento ahora y mira” y me señala que se le eriza la piel. “Te digo que el resto del día fue de doble celebración”.


Lo de “el nuevo amanecer” surge porque Morales es la segunda generación que maneja el Jardín Selecto en Río Piedras, que fundó su padre junto a sus hermanos hace treinta y ocho años. Bajo su tutela, ha incorporado cambios e ideas nuevas a la compañía, y como buen horticultor, lo ha hecho florecer. Carlos, maestro del milenario arte japonés de cultivar árboles en bandejas, también acaba de asumir la posición de Director en Latinoamérica del BCI, el Bonsai Club International. 


Foto suministrada.
La entrega del nombre en símbolos chinos tallados en una placa de pino Hinoki Taiwanés, la hizo el maestro Lo en la apertura del "Bonsai Symposium 2015" que se celebró a principio del pasado octubre. Fue la primera vez que el Jardín Selecto hacía una actividad de esta magnitud y calibre. El maestro Lo viajó desde Taiwan para impartir varias conferencias en la actividad y aprovechó la ocasión para hacer oficial el nombre de la escuela.



Foto suministrada.




“La primera vez que vi a Min Hsuan Lo fue en una convención en California. Lo vi haciendo un ficus, pero a diferencia de las demostraciones tradicionales, su presentación fue educativa y diferente. Siguió el ritmo natural del árbol, y creó un diseño que tomará tiempo en lograrse.” comenta Carlos. “Estamos acostumbrados a una demostración en la que se trata de terminar el árbol como si fuera final, una transformación instantánea. No lo supe apreciar, pero más tarde me di cuenta que lo que hizo era lo correcto y he seguido esa línea de pensamiento. La única forma de lograr buena calidad en un árbol es hacerlo por etapas.”


Foto suministrada.
“El área de Taiwan es tropical como Puerto Rico. Casi todos los bonsai tradicionales que vienen de Japón son pinos porque el clima es frío, y casi siempre son de forma triangular. Este amigo nuestro conoce bien las especies que se dan aquí, como la acerola, la trinitaria, y las técnicas de cultivo y diseño. Este maestro busca los árboles en la naturaleza para ver cómo crecen en su habitat.”



La exhibición de bonsai para el simposio estuvo a cargo de “Puerto Rico Shohin Study Group”. El jardín se decoró de una forma diferente, con jardines pequeños para darle ideas innovadoras a los clientes. Además funciona como tienda de productos de bonsai, algunas especies de árboles, y dan clases y seminarios.


Foto suministrada.

Carlos se siente muy orgulloso de los logros que ha obtenido en corto tiempo, pero nos pide que no le asignemos el título de Maestro Bonsaísta. “No me siento como maestro porque quiero seguir aprendiendo,” explica.

Estamos muy honrados, porque Carlos Morales se integra a la familia de Refresco de Tamarindo como asesor de jardinería. Le damos una cordial bienvenida.






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Jardín Selecto
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Puerto Rico Shohin Study Group
https://www.facebook.com/PRSSG?pnref=story



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viernes, 16 de octubre de 2015

Un "finde" en Nueva York

Rockefeller Center
Con tanta página en la red para viajar con descuentos, cruzar el charco a un destino interesante ya no cuesta un ojo de la cara. Por eso sacamos un finde para llegar a la ciudad de los rascacielos a descansar, cambiar de ambiente y comer rico. Bueno, lo de descansar en Nueva York no está fácil, pero tratamos.

Quizás porque la ciudad ha sido un destino regular de los puertorriqueños, muchas veces damos por sentado lo que vemos, pero desde que se llega al aeropuerto Kennedy comenzamos a ver obras maestras. 

Viejo terminal de TWA en el aeropuerto John F. Kennedy
Por ejemplo, el viejo terminal de la línea TWA diseñado por el arquitecto finlandés Eero Saarinen con voluptuosas formas alabeadas, es verdaderamente una escultura a escala monumental. Como ésta, la ciudad está llena de espacios comunales, arquitectura particular y otras amenidades que no cuestan nada, y que son enriquecedoras. Pero volvamos a lo que vinimos:

La exposición que han obtenido los Celebrity chefs que aparecen por televisión, les ha permitido capitalizar en su fama abriendo exitosos restaurantes. En la ciudad de Nueva York, dos de estos son el Bar Americain de Bobby Flay y Otto, del italiano Mario Batali.

Nuestra experiencia en el Bar Americain en Midtown (152 West de la calle 52) fue espectacular. Es un lugar lujoso, con precios de módico-alto a caro, y con comida excelente. Mesas de “mantel blanco”, porcelanas, copas de cristal finísimo, cubiertos de plata y meseros de punta en blanco. Entre otras cosas, almorzamos una tarta pot pie de pollo ahumado con masa de batata mameya, y una ensalada de espárragos. El único punto difícil - y debimos percatarnos de antemano - es que el chef es bien liberal con el uso de la pimienta en sus programas, y así mismo fue nuestra picante comida en el restaurante.

La visita a Otto, (#1 de la Quinta Avenida) fue completamente distinta. Este lugar es una enoteca/pizzería básicamente “de vecindario”, sin pretenciones ni aspavientos. Comida y vinos excelentes a precios módicos. Aquí nos fuimos -entre otras cosas- de pasta taccozzette con pesto de menta, pizza, y el famoso mantecado de aceite de oliva que ya hemos reseñado antes.

Muy cerca de allí, encontramos Alta, Cocina Española (64 W de la calle 10). Esto es más un bar de “tapas” que otra cosa, como para tomar excelentes vinos españoles y delicias en porciones pequeñas... quesos y jamones ibéricos. El local es muy elegante especialmente por la doble altura de parte del techo de esta hacienda mediterránea.




Los parques y las plazas, el pulmón de la ciudad, son lugares que hay que aprovechar para visitar. Entre otros, el Columbus Circle con su obelisco y fuentes; Bryant Park, famoso por ser el área de los ateliers de la alta costura y recientemente por la serie “Project Runway”; y el gigantesco Central Park, que es una experiencia de por sí.
Fuente del Angel Bethesda, Central Park

Cerca del Central Park se encuentra la boutique de Petrossian, (911 de la Séptima Avenida, entre las calles 57 y 58) la casa rusa proveedora de caviar, y que tiene un pequeño café alusivo dentro de la tienda. No es necesario comer caviar si no te gusta (o si no quieres pagar su exhorbitante precio), porque el lugar ofrece un amplio menú con variedad de platos para desayunar y almorzar bastante módicos. Al cruzar la calle está la sala de conciertos Carnegie Hall.

Justo al frente de Petrossian, y con algunas otras sucursales a través de toda la ciudad, encuentras Café Europa (205 W de la calle 57) para comer rápido y económico en un ambiente “art-deco” y bastante neoyorquino. Tiene un área excelente de repostería y panes. 

Si lo que queremos es comer rápido y económico, cualquier delicatessen judío de la ciudad ofrece mega-gigantescos sandwiches de distintas carnes, embutidos o ensaladas a precios bien económicos. Usualmente vienen acompañados de pepinillos encurtidos frescos.

En el costado este del Central Park está el Museo Metropolitano. Aquí se exhiben algunas de las colecciones más importantes del mundo, que cambian constantemente. Es por eso que cada viaje a la ciudad debe incluir una visita, porque siempre tiene algo nuevo que ver. Dentro del mismo museo hay varios restaurantes y cafés que ofrecen variedad de tipos de comida, como por ejemplo, una tarta de queso feta con higos frescos. 

Vestíbulo del Museo Metropolitano de Nueva York
 
Uno de nuestros lugares favoritos para desayunar o merendar, es Dean & Delucca, que comenzó con un colmado gourmet cerca de NYU, y que ha abierto pequeños cafebares a través de toda la ciudad; hay uno en Rockefeller Center, y otro en la calle 56 debajo del Hotel Wellington (en el que se hospedó el personaje Borat). La calidad y de la repostería es excelente, además que el lugar está muy elegante y sobriamente diseñado. Si eres foodie y tienes oportunidad de ir al colmado en el village, mucho mejor: Es como llevar a un niño a una dulcería.

Hablando del Rockefeller Center, es el lugar en donde se encuentra una de las dulcerías más extravagantes del mundo: la casa japonesa Minamoto Kitchoan, (608 de la Quinta avenida esq. 49) dedicada a confeccionar dulces para la ceremonia del té y otras ocasiones especiales. Visitar esta repostería fundada en Kyoto para el siglo 15, es una experiencia especial dependiendo de la época en que vas, porque cambian todo el concepto de los dulces según la estación del año. Hasta el empaque y embalaje de tu compra termina siendo una obra de arte.

Un poco más abajo en la misma calle 49 está nuestro restaurante japonés favorito, Sapporo. Esto no es elegante ni cosa que se parezca, sino un come-y-vete con comfort food nipón. No hay sushi ni comidas delicadas, sino por ejemplo, Oyako-don: una tortilla de carne o pollo y vegetales que se sirve sobre arroz en un bol de sopa, con salsita por encima. También hay fideos Udon, curry, y otras comidas de diario. El punto es que casi todos los comensales son japoneses, y eso siempre es buena señal.

En la nota de la comida oriental, si te interesa visitar el barrio chino, no dejes de pasar por Yunhong Chopsticks (50 de la calle Mott). Es la primera boutique de palitos chinos en los Estados Unidos, y los tienen en todos colores, materiales y costo. Es un tripeo y te reto a que salgas sin comprar por lo menos un par.

Pero ya que mencionamos lo de llevar a un niño a una dulcería, ¿Qué te parece llegarle a la tienda de M&M en Times Square? Allí no sólo consigues todos los colores de los chocolates, sino productos como ropa, muñecos, y cuanto producto promocional se te pueda ocurrir y algunos que ni pensaste.

Bueno, y ya llega el domingo y es hora de regresar a casa. Un finde ajetreado, pero muy divertido y rico. Hay que seguir cotejando las páginas a ver a qué destino nos podemos tirar más adelante.


Chequea las páginas en la Web de:

Alta • Cocina Española

Otto Enoteca

Bar Americain

Minamoto Kitchoan

Petrossian

Café Europa

Metropolitan Museum

Dean & Deluca

Central Park

M&M World

Yunhong Chopsticks


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