domingo, 27 de octubre de 2013

El punto es, que descubrí el cómic “Días”.


Daniel el travieso, La pequeña Lulú y Periquita eran mis paquines favoritos cuando niño. Un poco más adelante, cuando añoraba ser estudiante de superior, me devoraba los de Archie y su claque en Riverdale High. En la universidad, la adorable Mafalda era mi heroína, y ya de adulto leía Doonesbury porque era crítica socio-política hecha de forma burlona. El punto es que toda mi vida ha estado marcada por la presencia de un paquín. 


Los cómics de superhéroes y ciencia ficción nunca me llamaron la atención, y detestaba los de luchadores mejicanos impresos en tinta sepia. Hoy día hay varias tirillas locales, como Turey el taíno, Condorito y Pepito entre otras, que son bien exitosas y tocan temas actuales de la Isla.
El punto es, que descubrí el cómic “Días”.
“Días” es un diario gráfico de dos jóvenes que documentan su diario vivir en tirillas ilustradas. Los días son comunes y corrientes, pero como en realidad sucede, siempre te pasa algo que hay que contar. A mi también me pasa. Me identifiqué tanto que un día escribí un mensaje en el chat de su página y alguien me contestó (que resultó ser Rosaura). De ahí seguimos chateando hasta que decidimos encontrarnos los tres.


Rosaura es maestra de arte de profesión, para niños de distintas edades y Omar es un artista gráfico en medio digital, que también trabaja como Supervisor de Calidad en un call-center. Gente común que trabaja de 8 a 5, ó de 7 a 12, ó de 11 a 8... whatever. El punto es que nos citamos para vernos a las tres de la mañana en el parking del garaje Puma, porque era el único horario en que coincidíamos, pero finalmente nos encontramos en mi casa una tarde, a donde llegaron en bici.


Rosaura y Omar son amigos porque un buen día los presentaron y ahora los une ese proyecto. El punto es que no son pareja. Eso lo sé porque parte de las historias relata los momentos en que han tenido pareja y cuando se han dejado. Omar hace referencia a que se acicala según su vida amorosa. Si lo ves pelú, es que no tiene novia. Si lo ves rapao, tampoco tiene. Ahora mismo tiene novia, y está feliz. Ni está rapao ni está pelú. Rosaura también tiene novio, aunque es más comedida en ese aspecto. No habla mucho de su vida amorosa, y esa precisamente fue la premisa que nos llevó a reunirnos. Cuando tienes cientos de personas que leen tu vida privada, ¿cuánto estás dispuesto a compartir?


“Tiene que ver con la forma de ser y hasta los complejos de cada uno”, explica Rosaura. “Yo soy bien presentá para todo, pero a veces dibujo cosas que me parecen muy privadas y se las envío a Banuchi para que comente, y él las encuentra bien porque es más liberal en eso”. El punto es que se dan crítica del trabajo mutuamente, discuten los temas que debe seguir tal o cual capítulo muchas veces en secreto para que al leerse la historia tenga un hilo conector sin que haya que explicárselo al lector. La historia de uno de los comics en particular era bien parecida, la de Omar por el frente y la de Rosaura por detrás, y el lector solamente se daba cuenta al final cuando ambos llegaban a un avión. “Ese dibujo me encantó hacerlo, porque yo colecciono folletos de seguridad de los aviones, y tuve mucha referencia”, comentó Rosaura.


El origen del cómic fue artesanal. Lo fotocopiaban en páginas de papel carta doblado y grapado al centro, y lo vendían en dos dólares. Ellos mismos lo distribuían mensualmente a las librerías. El volumen 1 que vemos hoy es la recopilación de un año completo de paquines, gracias a Samuel Medina de Libros AC que se interesó en publicarlo y distribuirlo. La presentación del libro estuvo a cargo de Guillermo Rebollo-Gil, el 13 de septiembre de 2013.


A través de todo el cómic hay historias recurrentes, y no pude dejar de preguntar por ellas. Todos los días camino al tren, Rosaura pasaba por la casa de Don Héctor, un señor que pasa el día en el balcón sentado en una silla de ruedas junto a su perro dálmata. Siempre se saludaban, y hasta hablaron en ocasiones. “Don Héctor se mudó y ahora vive otra gente que no conozco”, me explica. “Aparte de que ya no uso el tren para ir al trabajo y no paso por ahí. Al principio pensé que el señor era creepy [y así lo dice en el cómic], pero ya después no.” El punto es que Don Héctor ya no es parte de sus días.


Otro de los temas recurrentes son los animales. Banuci tiene dos perros rescatados. Rosaura dos gatos, uno rescatado (Obi-Wan, que aparece en la portada) y otro regalado.  “Los animales en el cómic han servido un poco para desviar los problemas humanos. No queremos que sea demasiado profundo”, dice ella, que también tiene tres gallinas “urbanas”. 


La historia del perrito Nono que cuenta Banuchi es enternecedora. Resulta que salía tarde en la noche de la casa de su novia el día del huracán que no llegó hace un año y poco. “La calle estaba vacía y me detuve en esta luz roja, que pude haberme comido, pero me quedé. Cuando miré hacia el lado vi este perrito sentado en el ‘solo mirándome. No supe cómo llegó ahí porque es bien negro y no se distinguía bien, pero su mirada era bien intensa. Traté de no hacerle caso, pero la conección de su mirada era tan fuerte que abrí la puerta y le dije “entra” y me lo llevé para mi casa. En ese momento vivía con mami, que no quería más perros, así que traté de buscarle un hogar pero no le conseguí. Bueno, en verdad no quería que se fuera. Nunca puse los flyers, que todavía están en la guantera del carro”. El punto es que Nono sigue en su casa y se adoran, porque como todo perrito rescatado “es bien agradecido”. Un tiempo después llegó Darla, que lo siguió a su casa. “Era bien flaquita cuando vino, y la mejor parte es ver cómo ha subido de peso y tiene su pelo bonito”, comenta.


Banuchi es un exitoso artista que ilustra en formato digital. Sus obras se exhiben en importantes galerías de San Juan, y el año pasado sacó una serie de tarjetas postales para celebrar San Valentín. También es el diseñador de las portadas de la agrupación musical Alegría Rampante.

Omar y Rosaura estudiaron en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras; se graduaron de la misma escuela superior con unos años de diferencia; y ahora mismo son vecinos. “Omar vive en la casa frente a la mía. A veces lo veo pasear al perro y no lo saludo porque pasamos demasiado tiempo comunicados”, protesta Rosaura. “Ahora mismo, cruzó la calle para coger la bici, y vinimos para tu casa”. Resulta que yo también vivo cerca y me gradué de la misma universidad, así que tenemos muchos cuentos del vecindario, de las cafeterías del área y de la yupi en común.


El próximo número de la colección será en un formato más grande y en colores. Ya no publican los paquines mensuales porque la preparación del libro anual les toma demasiado tiempo, aparte del trabajo que paga los días 15 y los 30... y su vida personal. El punto es que para documentar sus días, tienen que vivir sus días. “Queremos que la persona que compre el libro reciba un buen producto a cambio,” comentan.

En las comunicaciones originales por chat, recuerdo que les dije: “a través del cómic me parece que los conozco [aunque en realidad no] y podemos hacer un artículo bien creativo y emotivo a la vez - sería como conocer al titiritero detrás del muppet.” Nos despedimos y quedamos que nos vamos a encontrar de nuevo - yo también iré en mi bici - a tomar café en Café Luna o en Potro Loco, que están entre medio de mi casa y las de ellos. Cerca del puesto Puma.

El punto es, que los dos chamacos son bien náis.


El cómic Días está disponible en: 
• Libros AC
https://www.facebook.com/librosac
• La Librería Mágica
https://www.facebook.com/LibreriaMagicapr
• La Tertulia
https://www.facebook.com/librerialatertulia

Más sobre el cómic Días en:
https://www.facebook.com/pages/D%C3%ADas-cómic/288187057870446
http://diascomic.tumblr.com/
http://www.etsy.com/listing/84005786/special-dias-combo-editions-1-6

Tienda virtual del cómic Días:
https://www.etsy.com/shop/cosasrosaura?ref=l2-shopheader-name


Más sobre Omar Banuchi en:
http://banuchi.tumblr.com/
http://luistrelles.com/2013/02/18/omar-banuchi-pixeles-ilustrados/
http://es.globalvoicesonline.org/2013/02/24/omar-banuchi-encuentra-su-lugar-en-la-web-puertorriquena-parte-i/

Más sobre Rosaura Rodríguez en:
www.cosasrosaura.tumblr.com 
http://www.conboca.org/2011/11/14/perspectiva-de-cotidianidad-entrevista-a-rosaura-rodriguez/


jueves, 24 de octubre de 2013

Los “motivos” de la pasta.


La palabra “motivación” me parece graciosa desde que estaba en la universidad. Cuando se decía que alguien estaba “motivado”, en realidad querían decir que estaba “volando bajito”, high, “bien loco”. Usualmente la palabra iba acompañada del gesto de ponerse los dedos en los labios como si estuviera “fumando”.
Por esa razón cuando mi hermana me habló de las pastas de motivos, después de una carcajada, lo único que se me ocurrió preguntar fue “navideños?”

Los tiempos han cambiado, sobre todo cuando a nivel mundial - y en la legislatura de la Isla - se considera la idea de legalizar algunas sustancias que han sido controladas hasta hoy, no me toma por sorpresa el hecho de que estén fabricando pastas de formas distintas a las tradicionales. Para mi que ya era suficiente con los spaghetti, fettucine, los tornillos, lacitos, caracoles y los ravioli, cuando me entero de que hay muchos más... con “motivos” que me hacen cosquillas.

Buscando en un catálogo de esos productos, me llamó la atención la pasta para “chamacas” en forma de carteras, tacones altos y celulares. Para los músicos, con notas musicales. Las pastas para bebés con forma de ositos de peluche, patitos de hule y bloques del abecedario. Pasta de A-B-C, o sea, de letras.

Las pastas por las causas benéficas, incluyen cintas rosadas por el cáncer de la mujer; cintas con la bandera americana por los soldados; y cintas rojas por los enfermos de SIDA. Las pastas con motivos de deporte, incluyen el baloncesto, hockey, el football americano, pelota, fútbol (soccer), gimnasia, ballet y hasta con formas de cheerleaders.

Para los amantes de animales hay de perros, gatos, caballos, y de los animales del zoológico. Para los pacifistas, un paquete trae palomas de la paz, corazones y el símbolo hippie de la paz.

Los motivos por temporada van desde los corazones para San Valentín, conejitos de pascua, tréboles para San Patricio, hasta calabazas para halloween y pavos de Acción de Gracias. También árboles de navidad, hombres de nieve y estrellas de David para Hannukah.



jueves, 17 de octubre de 2013

Oda al Tomate


La calle

se llenó de tomates,

mediodía,

verano,

la luz se parte

en dos mitades

de tomate,

corre

por las calles

el jugo.


En diciembre

se desata

el tomate,

invade 
las cocinas,

entra por los almuerzos,

se sienta reposado

en los aparadores,

entre los vasos,

las mantequilleras,

los saleros azules.

Tiene

luz propia,

majestad benigna.

Debemos, por desgracia,

asesinarlo:

se hunde
 el cuchillo

en su pulpa viviente,

es una roja
 víscera,

un sol
fresco,

profundo,

inagotable,

llena las ensaladas

de Chile,

se casa alegremente

con la clara cebolla,

y para celebrarlo

se deja caer

aceite,

hijo
 esencial 
del olivo,

sobre sus hemisferios 
entreabiertos,

agrega la pimienta

su fragancia,

la sal su magnetismo:

son las bodas

del día
.
El perejil

levanta
 banderines,

las papas

hierven vigorosamente,

el asado
 golpea

con su aroma

en la puerta,

¡es hora, vamos!

y sobre la mesa, 
en la cintura

del verano,

el tomate,

astro de tierra,

estrella repetida

y fecunda,

nos muestra

sus circunvoluciones,

sus canales,

la insigne plenitud

y la abundancia

sin hueso,

sin coraza,

sin escamas ni espinas,

nos entrega
el regalo

de su color fogoso

y la totalidad de su 
frescura.


Pablo Neruda
(1904–1973), poeta chileno, considerado entre los mejores y más influyentes artistas de su siglo; “el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma”, según Gabriel García Márquez. Entre sus múltiples reconocimientos destacan el Premio Nobel de Literatura en 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford.


miércoles, 16 de octubre de 2013

“Los hechos solamente, señora” - Joe Friday, Dragnet.


El “Chango” haló el martillo del revolver, lo que hizo girar el barrilete para alinear una de las balas hacia el cañón, y puso el dedo en el gatillo. Manolo sintió la vibración de los metales en el hueso del cráneo, porque tenía el arma apretada contra la nuca. ¡Dame los chavos, cabrón, dame los chavos! le gritaba desesperado. 

El psiquiatra me dijo un día que cuando pasara por una experiencia traumática, la escribiera como si fuera una historia, en tercera persona. Como si fuese otra persona que lo está viendo, pero que no soy yo. “Escribirlo es como un exorcismo”, me dijo. “...Te saca los demonios de adentro”.

Manolo supo cómo se llamaba el asaltante porque su compinche lo llamó varias veces, delatándolo sin darse cuenta. Ese se había quedado afuera del almacén en donde está la caja fuerte en el trabajo de Manolo, velando a los otros empleados del negocio, a quienes mandó a acostar boca abajo en el piso.

Paréntesis Informativo: Si compras el marbete de tu carro en el Banco Popular, tienes que acordarte en qué sucursal lo haces, porque el banco archiva los papeles y no los envía al Departamento de Obras Públicas. Ellos presumen que una vez sacas tu marbete no vas a tener problemas por un año. Sin embargo, si tratas de sacar una copia de la licencia del carro en el DTOP, como no tienen constancia de que compraste el marbete, no te la dan. Tienes que ir a la sucursal del banco en que compraste el marbete originalmente, pagar veintiún dólares para que te den un Certificado de Pago de Marbete, y regresar a Obras Públicas. Entonces sí. Esto lo supo Manolo porque “Chango” le tumbó la cartera junto con los chavos del negocio, y tuvo que hacer las gestiones de nuevo: sacar las licencias del carro y la de chofer. 
Continuemos:

El Chango lo dejó encerrado en el almacén después de echar el dinero en la mochila que había traído, como si fuera un estudiante universitario que paseaba por el centro comercial. El guardia los había visto, pero no les dio importancia. Dos chamacos más. Una vez el asaltante salió del almacén, Manolo le escuchó preguntar por el equipo de cámaras de seguridad a los demás rehenes, y correr hacia la oficina que le habían indicado. Unos segundos más tarde se escuchó una detonación, que los compañeros interpretaron que era el disparo con el que habían asesinado a Manolo. Un par de minutos después, los ladrones regresaron al área original para preguntar por dónde era la salida trasera del local, y por ahí mismo se escaparon.

Los muchachos esperaron un tiempo razonable antes de salir del negocio a buscar un policía. Una vez lo encontraron, entraron escoltados a buscar el cadáver de Manolo. Como habían estado boca abajo todo el tiempo, no sabían qué era la conmoción que había fuera del espacio en donde estaban confinados. Buscaron infructuosamente en la oficina, llamaron a Manolo por todo el local y finalmente pasaron al área de la caja fuerte donde lo encontraron. Vivo.

Estuvo encerrado exactamente ocho minutos. Por reloj. Está seguro porque miró muchas veces su reloj durante esos ocho minutos. Estuvo tranquilo sentado en el piso, en paz, porque en cierto modo sentía que esa situación estaba por pasar, era esperada, y ya había salido ileso de ella. Ya pasó.

Manolo es fanático de las series de policía en la televisión. Su favorita es SVU. Hasta recita el mantra del principio del programa con el locutor y pone la voz igual de grave: "In the criminal justice system, sexually based offenses are considered especially heinous. In New York City, the dedicated detectives who investigate these vicious felonies are members of an elite squad, known as the Special Victims Unit. These are their stories." Pero la historia de este asalto no hubiera salido ahí porque no tenía nada de sexual. Quizás en “Law & Order”, pero muy probablemente en “La Tremenda Corte” con Tres Patines y la Nananina.

La explosión que escucharon fue la del tiro que le pegaron a la máquina grabadora de las cámaras de seguridad cuando no pudieron arrancarla. El disparo amplificado por el eco del local vacío pareció más grave de lo que fue.

Otro paréntesis informativo: Cancelar las tarjetas de crédito no es un problema. Solamente tienes que llamar a la compañía e informar que te asaltaron y te llevaron la cartera, y eso es suficiente. El teléfono celular también es sencillo si la cuenta está a tu nombre. Si está a nombre de la compañía, tiene que llamar el agente principal. Si no, nacarile. De todos modos informa lo sucedido para que conste y cuando finalmente cancelen la cuenta, sepan la fecha desde cuando dejar de cobrar. 
Regresemos a la historia en curso, pero esta vez en flashback:

Manolo salía del almacén con un supervisor temprano en la mañana, cuando se topó con un tipo desconocido, que anunció el asalto. Enseguida le pegó el revolver en la frente y le pidió los chavos. El asaltante lo guió hacia el área de la caja fuerte, porque obviamente alguien que trabajaba en el negocio le había dicho en donde estaba. Lo que estaba sucediendo en el resto de la tienda lo vino a saber después, cuando sus compañeros intercambiaron historias.

Era un muchacho blanco, pero los compañeros insisten en que era negro.  Siguió las instrucciones del asaltante al pie de la letra, pero sus compañeros insisten en que peleó, lo empujó y forcejeó con él. Piensa que le habló tranquilamente, pero sus compañeros insisten en que Manolo lo insultó y le habló bien malo. De “jodío cabrón hijueputa” pa’bajo no le dijo nada. El revolver con que le apuntó era plateado, pero sus compañeros insisten en que era negro. Pues ¿quién sabe? Aparentemente la percepción de lo que sucede en un momento de estrés es distinta a la realidad. 

“Es como ver un capítulo de ‘La Dimensión Desconocida’, y luego apagar el televisor”, le dije al psiquiatra. 

El Chango estaba bien agitado, gritaba y manoteaba mucho, pero Manolo estaba confiado porque sentía que no tenía mala “vibra”. Que no tenía intenciones de matarlo. En el momento en que el chango haló el martillo del revolver, Manolo tuvo duda. ¿Si no me vas a pegar un tiro en la cabeza, pa’ qué carajos halas el martillo? Esa era la pregunta. Pero el asalto pareció ser “por joder” y no con intención de asesinar a nadie. “¡Acuéstate en el piso! cabrón, ¡Acuéstate en el piso en lo que salgo...” le exigió el Chango. “Qué carajos, cabrón, tu no ves que esto es muy chiquito y yo no quepo aquí acostado, puñeta?” le gritó Manolo de vuelta. “Pues dame la cartera y el celular, ¡Cabrón!” le gritó finalmente el Chango y salió del área molesto, con el botín en la mochila y con prisa a buscar las cámaras.

La policía llegó, luego los detectives y los técnicos investigadores. Mucha pregunta, entrevistas y visitas, para nada. Lo de siempre. Que si un inside-job, que si pa’ droga, que si los del caserío. Nunca cogieron al Chango. Lo de siempre. Chango se debe haber dividido los ochocientos míseros pesos que se llevó con el compinche, y colorín colorado. Nada, lo de siempre... lo normal.

“Señoras y señores: La historia que acaba de ver es real. Los nombres han sido cambiados para proteger a los inocentes.” - Dragnet, (1951)


martes, 15 de octubre de 2013

Un gustito estelar adquirido


Conozco a Fernan porque lo vi como actor en la película puertorriqueña La Fuga. Un día me tropecé con él en la librería y se lo dije. Nunca hago eso, pero la interpretación de su personaje era tan down to earth y cándida, que me pareció que cuando lo encontré, ya lo conocía de antes. Nos veíamos esporadicamente, y la vez más reciente al saludar me ofreció un “refresco de tamarindo” en referencia a mi blog. Eso me desarmó, detuve la marcha y nos pusimos a hablar.

Resulta que Fernando además de un excelente actor es músico y cantante, y hace cinco años forma parte de la banda indie “Los Niños Estelares” junto a Darío Constaín Reyes, y acaban de grabar su cuarto album digital llamado Entre Ruinas. Como casi todo proyecto creativo, grabar las siete canciones conllevó mucho esfuerzo, pero igual, el producto final es impecable. No soy crítico de música, pero cualquier proyecto hecho con ganas de llevar un mensaje de apertura y esperanza, va a contar con mi apoyo.

Foto suministrada.
En La Fuga, del director Mundo Rodríguez, Castro interpreta a Gonzalo, un estudiante de arqueología que invita a un amigo a una plantación de café en el pueblo de Jayuya, a la boda de su prima. En el camino el amigo se vomita por las curvas, más tarde se cae al río estrepitosamente y finalmente le toca un poco ser la conciencia de los protagonistas, para llevarlos a la sensatez y evitar la inminente fuga.

En su vida musical, su “alter-ego” es completamente distinto y obligatoriamente hay que tomarlo en broma y en serio. Aunque a primera vista el personaje parece estar trastornado, una segunda vista asegura que está meticulosamente delineado con una mezcla medida de irreverencia y propiedad, locura y brillantez, espiritualidad y banalidad. Fernando es un verdadero showman. Hasta cuando parece desafinar al cantar, está desentonando a propósito y como parte del espectáculo. Seguro es un gusto adquirido, pero a juzgar por la amplia fanaticada que tiene, ya varios miles le han cogido el gustito.

Portada Album Digital.
Hasta ahora la banda ha sacado 4 álbumes: La dictadura científica acaba de empezar (2008); Námaste (2009); Tragedias y esperanzas en tiempos de internet (2010); y Entre ruinas (2013) que incluye las canciones: Tedeum; Satya yuga está por comenzar; Eterno retorno; Crazy people of the night; y Ojos que no ven.  Dos de las canciones son instrumentales: Vimana am Himmel, que significa “OVNI en el cielo”; y Anahata. 

Varias de las canciones están basadas en la tradición hinduista y los textos védicos. Otras hablan de amor y de la vida nocturna. Mi favorita personal, Ojos que no ven, le canta al dinero y al miedo, a la mentalidad moderna en que todo gira alrededor de lo económico. Y dice:

Ojos que no ven, corazón que no siente.
Hay hombres que a veces se olvidan de sus mentes; 
detestan a los duendes, se creen omnipotentes. 
Ellos solo quieren muchos más clientes. 

Foto suministrada.
En su diario vivir, Fernando es un chamaco bien distinto al actor y al músico. Tiene un buen trabajo que afortunadamente le permite tiempo para hacer lo que le apasiona, estuvo un tiempo haciendo yoga para “centrarse”, terminó sus estudios en la Universidad de Puerto Rico, y como toda persona creativa, está enfocado en sus futuros proyectos musicales.

Seguro me alegro de que Fernan me haya gufeado con lo del refresco. Eso me abrió la puerta para charlar un rato con un gran tipo, escuchar su música y para volver a chequear los vídeos de su banda, esta vez concienzudamente. Me voy a sentar a esperar el próximo album, porque creo que ya le cogí el gustito.


Puedes acceder la página Facebook de la banda Los Niños Estelares: 

El album digital lo puedes escuchar y/o bajar en Bandcamp: 

Puedes ver la reseña Tema-A-Tema del album en Puerto Rico Indie:

sábado, 12 de octubre de 2013

Construcción


Amó aquella vez como si fuese última

Besó a su mujer como si fuese última

Y a cada hijo suyo cual si fuese el único

Y atravesó la calle con su paso tímido

Subió a la construcción como si fuese máquina

Alzó en el balcón cuatro paredes sólidas

Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico

Sus ojos embotados de cemento y lágrimas


.
Sentóse a descansar como si fuese sábado

Comió su pan con queso cual si fuese un príncipe

Bebió y sollozó como si fuese un náufrago

Danzó y se rió como si oyese música

Y tropezó en el cielo con su paso alcohólico

Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro

Y terminó en el suelo como un bulto fláccido

Y agonizó en el medio del paseo público

Murió a contramano entorpeciendo el tránsito
Amó aquella vez como si fuese el último

Besó a su mujer como si fuese única
Y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo

Y atravesó la calle con su paso alcohólico

Subió a la construcción como si fuese sólida

Alzó en el balcón cuatro paredes mágicas

Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico

Sus ojos embotados de cemento y tránsito

Sentóse a descansar como si fuese un príncipe

Comió su pan con queso cual si fuese el máximo

Bebió y sollozó como si fuese máquina

Danzó y se rió como si fuese el próximo

Y tropezó en el cielo cual si oyese música

Y flotó por el aire cual si fuese sábado

Y terminó en el suelo como un bulto tímido

Agonizó en el medio del paseo náufrago
Murió a contramano entorpeciendo el público

Amó aquella vez como si fuese máquina

Besó a su mujer como si fuese lógico

Alzó en el balcón cuatro paredes flácidas

Sentóse a descansar como si fuese un pájaro

Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe

Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico

Murió a contromano entorpeciendo el sábado


Construção
Amou daquela vez como se fosse a última

Beijou sua mulher como se fosse a última

E cada filho seu como se fosse o único

E atravessou a rua com seu passo tímido

Subiu a construção como se fosse máquina

Ergueu no patamar quatro paredes sólidas

Tijolo com tijolo num desenho mágico

Seus olhos embotados de cimento e lágrima


Sentou pra descansar como se fosse sábado

Comeu feijão com arroz como se fosse um príncipe

Bebeu e soluçou como se fosse um náufrago

Dançou e gargalhou como se ouvisse música

E tropeçou no céu como se fosse um bêbado

E flutuou no ar como se fosse um pássaro

E se acabou no chão feito um pacote flácido

Agonizou no meio do passeio público

Morreu na contramão atrapalhando o tráfego

Amou daquela vez como se fosse o último

Beijou sua mulher como se fosse a única

E cada filho seu como se fosse o pródigo

E atravessou a rua com seu passo bêbado

Subiu a construção como se fosse sólido

Ergueu no patamar quatro paredes mágicas

Tijolo com tijolo num desenho lógico

Seus olhos embotados de cimento e tráfego


Sentou pra descansar como se fosse um príncipe

Comeu feijão com arroz como se fosse o máximo

Bebeu e soluçou como se fosse máquina

Dançou e gargalhou como se fosse o próximo

E tropeçou no céu como se ouvisse música

E flutuou no ar como se fosse sábado

E se acabou no chão feito um pacote tímido

Agonizou no meio do passeio náufrago

Morreu na contramão atrapalhando o público

Amou daquela vez como se fosse máquina

Beijou sua mulher como se fosse lógico

Ergueu no patamar quatro paredes flácidas

Sentou pra descansar como se fosse um pássaro

E flutuou no ar como se fosse um príncipe

E se acabou no chão feito um pacote bêbado

Morreu na contra-mão atrapalhando o sábado


Francisco “Chico” Buarque de Hollanda 
(1944) Poeta, cantante, guitarrista, compositor, dramaturgo y novelista brasileño.

La prefiero compartida

Foto suministrada.

Todavía quedan restos de humedad.
Sus olores llenan ya mi soledad.
En la cama, su silueta se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio, 
en que no está.

Todavía yo no sé si volverá.
Nadie sabe al día siguiente lo que hará.


Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.


Suele ser violenta y tierna.
No habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
solo un día para amar.

No comparte una reunión, mas le gusta
la canción que comprometa su pensar.

Todavía no pregunte ¿te quedarás?
Temo mucho la respuesta de un jamás.
La prefiero compartida, antes que vacía 
mi vida no es perfecta, mas se acerca 
a lo que yo simplemente soñé.


Silvio Rodríguez
(1946) Cantautor, guitarrista y poeta cubano, exponente de la música conocida como la Nueva Trova Cubana.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Uno pa' uno

Foto por José Llompart
Las calles que me alumbraron los pies al correr siguen vivas. Hay un clamor que pasa la palidez del suelo, la falta de pintura y de un techo para la cancha que algún día soñamos jugar sin que nos quemase el sol, mas en nuestras pieles y sudor quedaba reflejada la fe de nuestra inocencia. Hay un espacio que todavía aguarda el bagaje de aquellas emociones que sentíamos en muchos momentos. Recuerdo a Luisma, Junito, Titongo, los Capelez, Gandu, Serrucho, Bebe y la admiración por Lito y  los muchachos del caserío.

Ahora que el espacio clama su verdad que se extirpó por nuestros pies porque dejamos de correr las calles te digo José, que me ando un poco menos, menos que en ese tiempo.  Recuerdas cuando andábamos desde la simpleza del vacío del bagaje de nuestra limpieza conceptuando el vivir.  Ahora nos preguntamos si sabemos hacerlo, al menos yo, no sé tú. Sucede que Junito, como otros ya no se andan por ahí como antes y te digo que no entiendo el espacio, que aún es tan igual, pero falta la inocencia de nuestras voces y la persistencia abortada que guardan las esquinas.  Sucede que ahora hay unos marcos que no se han cumplido y ustedes se hacen impetuosos aspirando a la contextura cerrada de esas metas del contorno, inexistentes cuando jugábamos escondite en la acera.  Sucede que morimos de maneras distintas.  Pasa que cuando chamaquitos no había que clamar para tanto ya que tuvimos aquel techo inacabable que no nos reprochaba el mundo.  Sucede que ahora vivimos al borde del resquicio de alguna manera distinta, yo observo el marco de las metas con tristeza y tú lo vives llorando.  No sé quién de los dos sea más perecedero.  José es que yo me acuerdo de aquella alegría que se remitía de aquel mundo que hoy aupamos, y no sé por dónde se camina para recuperar aquellas líneas simples que alguna vez nos planteamos caminando por nuestras calles, o sentados en los blichers a las 3 de la tarde luego del receso del juego.  Sucede que aquellas ganas de ganar que sentíamos eran tan genuinas que no había tristeza que asomase a una derrota como ahora.  Todavía queda el remanente de aquellos espacios que guardan mi memoria, pero José, dime tú qué se tiene con observar el mismo sitio con emociones que ya no hallo.  Me pasa que me consta que no encontraré aquel vivir de día a día fuera de una conversación que me aclara la diferencialidad del tiempo y el espacio inalcanzable fuera de nuestras voces como puentes.  Sucede que el escapismo fue siempre nuestra salida, mas veo que todos lo han hecho de manera distinta.  Las cercas rotas de la gallera que nunca se restauraron quedaron en nuestras manos para siempre eternizando las maneras de quererse en la simpleza de un juego genuino.  Aquellas largas conversaciones vacías que tuvimos aún viven por la pureza de un buen saludo.  Aquellas palabras vivas que contrarían nuestros ahoras fuera de aquel espacio que fue.  Ahora te digo José, que aunque el ahogo parezca abarcar dentro de tu cerco, a veces, yo soy un observador que perece hace mucho tiempo sin haberme mojado los pies en la laguna que ha respirado todo el olvido de nuestros hermanos.  Todo queda en el puente de un abrazo y una palabra de aquel entonces que eternice la imagen de este espacio borrado, que no permite a nuestros cuerpos serles perennes.

Gegman Lee
Poeta y Narrador puertorriqueño. Socio fundador de la revista artesanal Parheli0s, y de la actividad La Poesía del Jueves. Cursa estudios de Comunicaciones e Historia en la Universidad de Puerto Rico.