domingo, 29 de diciembre de 2019

Con la boca llena diga “gofio”.

Tembleque con polvo de amor por encima
De farofa, gachas, migas, “cachispa” de coco y polvo de amor.

“Hombre, acuérdate de que polvo eres y que al polvo volverás” (Génesis, Cap. 3, Vers. 19)

A manera de aprovechar la paja que sobra una vez se saca la leche a un coco, se me ocurrió cocinarla en una cacerola en vez de botarla. 
Mi abuela me sorprendió y lejos de regañarme, me explicó que ya eso era una receta clásica de la isla llamada “polvo de amor”, que se le añade azúcar, se carameliza y tuesta hasta dejarla secar. Yo tendría algunos siete años y ya para entonces me interesaba experimentar en la cocina.

Resulta que para hacer tembleque, el tradicional postre de coco, mi abuela sacaba la leche de varios cocos que generaban libras de “cachispa” que se botaba, y eso me indignaba. 
Aquella paja era perfectamente utilizable porque sabía rico y tenía una textura interesante. Sin embargo, la verdad es que el “polvo de amor” finalmente no me enamoró. Esa sensación de paja reseca en la boca era desagradable. Una vez lo probé estuve de acuerdo en que botaran la cachispa, o en su defecto hicieran dulce de coco en almíbar con el coco rallado sin sacarle la leche.


Tengo que aclarar que cuando hice la receta para las fotos de este artículo, lo dejé caramelizar completamente y quedó espectacular. 




Tembleque y polvo de amor
La idea de echarlo como “crocante” sobre el tembleque surge de ahí, y en el almuerzo todos quedaron encantados con la combinación... aparte de que funciona como el concepto de “cocina de aprovechamiento”, porque utiliza la parte del coco que usualmente se desecha.


El gofio
Gofio empacado
A todo esto yo pensaba que el polvo de amor que estaba comiendo era lo mismo que “gofio”, algo que luego aprendí que se hace con harina de maíz. Igualmente de textura reseca, el chiste era pronunciar el nombre del dulce mientras se tiene la boca llena con él, para salpicar a la persona que esté al frente al decir la letra “f”. Whatever.

En la jerga popular, decir que alguien está “comiendo gofio”, se refiere a que la persona está perdiendo el tiempo, o como dice mi amiga Tati, “mojoneando... comiendo de lo que pica el pollo”.

En Puerto Rico el gofio se vende tradicionalmente en pequeños conos hechos de papel colorido enrollado. Es usual verlo en fiestas de pueblo, y hasta en la salida de las escuelas.

En Islas Canarias este polvillo lo comían los pueblos indígenas llamados Guanches -en aquel entonces hecho de trigo- desde antes que Colón visitara América y se comercializara el maíz. En la actualidad es un alimento reconocido de la gastronomía canaria, con denominación de origen protegida por la Comisión Europea, con el nombre de “Gofio Canario”, desde el 2014.

Farofa sobre feijoada
Feijoada con farofa. Foto suministrada. D.R.
La cosa es que más adelante vine a probar la farofa brasileña. Igual que los demás, este es un polvillo hecho de harina de yuca (mandioca) sofrita en grasa y tostada con uno que otro condimento, cebolla, ajo, huevo duro y aceitunas. Tradicionalmente la farofa se come como parte de una feijoada, el plato nacional hecho de habichuelas negras (feijão) guisadas con embutidos y cerdo, servidas sobre arroz blanco. La farofa se espolvorea por encima, y el plato se come con pedazos de naranja para cortar un poco la excesiva grasa de una vez.

El funche
Pero retomando el tema del gofio. Precisamente al cocinar la harina de maíz, esta vez humedecida y condimentada con algún tipo de líquido, obtenemos “funche”, también conocido en distintas partes como marota, marifinga, grinche, mazamorra, mundonuevo, machanga y hasta pan de maíz si se hornea. ¡Toma ya!

Polenta
Entre los líquidos que se utilizan para humedecer el funche, están el agua, la leche, los caldos de carne o de pescado, jugos de fruta y el vino. En ocasiones el platillo es salado y se usa como acompañamiento para guisos de carne o bacalao, y otras veces es dulce como postre.

El funche va desde una masa dura que se puede cortar en lascas y freír, como es el caso de la polenta en Europa; una crema dulce como desayuno en Puerto Rico; una bebida diluída con leche y con canela en las demás islas del Caribe; y fermentado como si fuera cerveza en partes de sur-américa, con el nombre de Chicha.

En Puerto Rico con la misma masa de maíz se prepara una especie de croqueta finita, alargada y frita llamada sorullito; y otra hervida dentro de una hoja de plátano, llamada guanime, que usualmente se hace con leche de coco.

Finalmente, dos platillos españoles que sospecho comenzaron como algún tipo de polvillo y luego evolucionaron para añadírsele un poco de humedad: las gachas y las migas.

Las Gachas y la inventiva en la gastronomía
Almorta. Foto suministrada. D.R.
Este platillo es tradicional de los pastores y labradores de los campos de Castilla/La Mancha, que molían y aprovechaban para comer un grano silvestre llamado almorta, que no tenía salida como las demás legumbres. Me explico: si te comes lo que puedes vender, reduces tus ganancias...así que te comes lo que no se vende. 

Entrada al Restaurante Condal, San Juan de Puerto Rico.
“Es que esa es una comida de gente muy pobre, con pocas alternativas,” me comenta Jordi Quintero, el chef Catalán del restaurante Condal en San Juan. Eso me trae a un punto bien importante, y es que todos los platos que comento en este artículo, nacen de la necesidad y la inventiva para alimentarse de forma básica: el residuo del coco, el pan viejo y el grano que nadie quiere. Se busca la utilización de los alimentos hasta que rinden el máximo - como por ejemplo, un cerdo produce todas las carnes, jamones, relleno para embutidos con la sangre, y hasta los huesos para hacer caldos. Según mis cálculos sólo quedan los dientes y las uñas... creo.

Por otro lado, la mayor parte de estos platos están insuflados de un cariño particular. Comfort food. Muchos restaurantes finos han aprovechado para hacer versiones actualizadas de ellos y los ofrecen en su carta con gran aceptación de los comensales. Hace unos días comí “Tortitas de calabaza con caramelo” como postre en un local que está muy en boga. Seguro entiendes el concepto.

La almorta
Flor de Almorta. Foto suministrada. D.R.
El grano de la almorta -Blue pea en inglés- a saber, resultó ser tóxico. La harina de almorta consumida a diario, provoca “latirismo”, una enfermedad que se manifiesta con inmovilidad de las articulaciones, deformaciones de la columna vertebral y parálisis. Las autoridades españolas descubrieron sus efectos en 1941 y decidieron prohibir su  comercialización para consumo humano, aunque nunca se enforzó. La gente siguió comiéndolo como si nada. 

Gachas. Foto suministrada. D.R.
Finalmente en 2010 se eliminó su ineficiente prohibición, con la condición de advertir que su consumo fuese esporádico, impreso en la etiqueta, ya que su ingesta una vez cada siete o quince días, no plantea ningún problema. En la actualidad se come en fiestas y reuniones pero nunca a diario.

Gachas. Foto suministrada. D.R.
Esa harina tostada y cocida con agua, forma una pasta que se come usualmente con una cuchara o mojando pedazos de pan directamente del sartén en que se prepara en la hoguera al aire libre. 
La receta de las gachas lleva panceta de cerdo, ajos, pimentón, aceite y sal.

La harina de almorta se consigue casi exclusivamente por el área de Castilla/La Mancha, envasada comercialmente, y a veces combinada con harina de trigo.

Hace unos días tuve la oportunidad de ver por televisión cómo hacían una versión dulce de las gachas, como parte de la festividad tradicional del Día de Todos los Santos.

Las Migas
Migas.
El segundo platillo comienza con migajas de pan, y precisamente se le llama migas. Para éste se usa pan duro del día anterior molido o despedazado, que se moja con agua, leche, vino o caldo y se procesa igual que las gachas, con panceta u otras carnes, ajos, pimentón, aceite y sal.

Un día mientras hablaba con mi amigo catalán Raúl, el chef y dueño de la Taberna Selfies en Santurce, le pregunté por la receta de las migas. La contestación “No sé hacer migas, pero llamo a mi mamá y se la pido, porque ella hace unas migas bien sabrosas... con mucho sabor”, me dejó pensando... si el pan sólo sirve para hacer volumen, quiere decir que el guiso original debe tener mucho sabor concentrado para que todavía sea sabroso cuando se disperse en el pan. Eso hice -y sin esperar la receta de la mamá de Raúl- me puse a experimentar con los sabores.

El platillo me quedó espectacular. Me aseguré de que el aceite de oliva aromatizado con hierbas y pimentón, el embutido y los vegetales salteados estuvieran condimentados y salados en exceso, y al echarle el pan todo llegó a un nivel perfecto.

Se dice que el nombre de las migas vienen del tharid musulman que aún es parte de la cocina andalusí, pero no es otra cosa que la re-utilización del pan viejo, al igual que las torrijas, el pudín de pan, el tradicional relleno del pavo norteamericano y la sopa castellana de pan.

El Instagram de entonces
Emilia Pardo Bazán. Foto suministrada. D.R.
Al ser parte integral de la cocina rústica, las migas hasta han sido parte de la literatura costumbrista de España. La escritora Emilia Pardo Bazán, que parece haber sido una cocinillas  foodie empedernida, entusiasta de la cocina no sé yo si para cocinar ella o sólo para apreciar la de los demás, escribe dos recetarios a principio del siglo XX: La Cocina Española Antigua, y La Cocina Española Moderna. 
En ellos reseña elocuentemente los platos que ha comido en distintos lugares - como si fuera Instagram - y acompaña la receta. Aquí la número 55 del primer libro (sic):

55 - Célebres migas de la Academia militar.
Las migas son un plato enteramente primitivo, ibérico. Seguramente las comieron los que anduvieron á la greña con romanos y cartaginenses. 
De las de la Academia hablan con nostalgia y cariño los que ya hace años pasaron de alumnos. No encuentran otras migas como aquellas...¡Es que eran la juventud y el alegre compañerismo!
Cortado el pan de hogaza, en cubos de medio centímetro próximamente, se le humedece en agua con sal y pimentón, la víspera del día en que se quiera comerlas, y así se tienen hasta el momento de pasarlas por la sartén con poco aceite, agitándolas constantemente con una paleta. Deben echarse pedazos de ajo en la sartén.
(Fórmula debida al Sr. Director de la Academia)
Del libro La Cocina Española Antigua, de la Condesa Pardo Bazán, Madrid, 1913.

Las recetas sin medida
Como ves, estas recetas no tienen cantidades específicas, sino que son un proceso que se sigue tentativamente. Aquí incluyo la receta del Polvo de Amor estrictamente para dar un formato de cómo se hace. Lo demás depende de tu creatividad. Como siempre, te invito a experimentar en la cocina con estos platos tradicionales, porque “...al polvo volverás”.

Polvo de Amor
Ingredientes
  • 1 coco seco
  • 1 libra de azúcar
Procedimiento
En un caldero combina el azúcar con la cachispa de coco exprimida. Mueve a fuego alto por 5 minutos. Reduce el fuego a temperatura moderada y continúa moviendo alrededor de 10 minutos más, hasta que el coco tueste y tome un color dorado al caramelizar el azúcar.
Si no sabes sacar la leche del coco: Abre el coco seco, saca la pulpa y rállala. Mezcla con dos tazas de agua caliente, pasa por un prensa de pure o majador para extraer la leche de coco. 
El proceso de mi abuela, era moler el coco en la licuadora con el agua caliente, en porciones pequeñas hasta tenerlo todo. 



Luego exprimía la pasta que resultaba en una servilleta de hilo. 
Guarda la leche del coco para cualquier otro platillo, porque lo que es aquí, lo que vamos a usar es la cachispa. ¡Bum!


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domingo, 27 de octubre de 2019

El crème brûlée no lleva maicena


Creme Brulée de Bazille, en el Mall de San Juan, Puerto Rico
Estuve en una actividad en donde sirvieron crème brûlée de postre. La “crema quemada” no tenía la consistencia necesaria y parecía más una sopa que un flan. Al parecer la chef no usó las suficientes yemas de huevo para que cuajara o no lo cocinó el tiempo necesario. Aunque estaba sabrosa, era muy líquida, como una salsa crème anglaise, la precursora del crème brûlée.
Una comensal le envió mensaje a la chef de que a su receta le faltaba fécula de maíz maicena para solidificarla. El gerente le pidió mil disculpas, le aseguró que era la primera vez que pasaba, y le explicó que el postre siempre había salido con la consistencia adecuada. De todos modos, se ofreció a llevar el mensaje para “corregirle” la receta a su chef.
En un aparte con él, le pregunté si la chef usaba maicena en ese postre, y me contestó “No. Siempre cuaja la crema con yemas de huevo solamente”. “Exacto”, le comenté. “La crème brûlée es una receta clásica que no lleva maicena. 
Natilla. Foto suministrada. DR
La señora la confunde con una natilla que sí se hace con maicena, pero ese es un plato distinto. La chef está haciendo lo correcto y probablemente fue un error en el proceso”.

El postre
Creme Brulee en Muzzarella, San Juan de Puerto Rico
El crème brûlée es una receta de flan hecho de crema nata o leche; azúcar, y se cuaja con yemas de huevo. Usualmente está aromatizado con vainilla, ralladura de limón o de naranja. El distintivo del postre es que lleva una fina capa de caramelo duro por encima, hecho de azúcar quemada con una salamandra o con una antorcha.
El Chef Francois Massialot.
Foto suministrada. DR
Como muchas recetas clásicas, existe una disputa sobre si su origen es francés o inglés. La primera mención del crème brûlée en un libro de cocina es en el Nouveau cuisiner royale et burgeois de François Massialot, publicado en el 1691. 
Foto suministrada. DR
El autor francés, que era  chef del Duque de Orleans, hermano del Rey Sol Louis XIV - y de otros personajes de la nobleza, escribe una nota en la receta que dice: 
“Es importante echar bastante azúcar encima, aparte del azúcar que lleva en la mezcla. Se coge la paleta del fuego al rojo vivo y se quema el azúcar con ella a fin de que coja un hermoso color dorado.” 
Foto suministrada. DR
El libro fue traducido al inglés como The Court and Country Cook y publicado en 1702. 
Chocolate. Foto suministrada. DR
Vale mencionar que en este libro aparecen las primeras dos recetas en que se usa chocolate en la historia, que antes de eso se usaba sólo como una bebida. 
El chef lo utiliza para hacer un flan y una salsa dulce; que probablemente son los precursores del mousse de chocolate... pero eso lo indagaré en otro momento.
Foto suministrada. DR
Se dice que probablemente Massialot combinó dos recetas de un libro de cocina anterior al suyo, y las perfeccionó. El libro El cocinero francés de François Pierre de La Varenne, del 1651, menciona dos recetas parecidas: Huevos con leche y Huevos a la crema, hechas con huevo batido, crema, mantequilla, sal y azúcar. Estas cremas se queman con la salamandra y después se espolvorean con azúcar sin caramelizar. 
Sopa de Cebolla. Foto suministrada. DR
El quemado con salamandra aparece en ese libro, pero en otros platos salados, como las tostadas con queso y la sopa de cebolla.


En España
Crema Catalana en La Casa de España
en San Juan de Puerto Rico
En Cataluña, un postre parecido se llama Crema Catalana, o Crema de Sant Josep -que sí lleva maicena- y se prepara tradicionalmente el 19 de marzo, día de San José. 
Se dice que las monjas de un convento catalán hicieron un flan en honor de un obispo que venía de visita. 
Crema Catalana de Casa Manolo en San Juan de Puerto Rico
Desafortunadamente, el flan quedó tan líquido como el de nuestra -casi amonestada- amiga chef, así que una de las religiosas le echó caramelo hirviendo por encima. Al comerse el flan, el obispo se quemó y gritó “¡Crema!”, que aparte de “nata”, significa “quema” o “está caliente” en catalán. Desde ese día al postre también se le llama crema cremada.
Turrón de yema. Foto suministrada. DR
La crema sin quemar se usa como crema pastelera en otros postres y confecciones como las cocas de fruta. También se hace una versión de turrón de yema, que lleva caramelo quemado por encima. Este sabroso turrón se consigue en Puerto Rico usualmente para la época navideña, en las reposterías y tiendas de productos españoles.
Tarta de Santiago. Foto suministrada. DR
Igualito que en España la tarta de Santiago lleva el diseño de la Cruz de Santiago hecha con un stencil y azúcar en el tope, 
Tarta de Trinity College. Foto suministrada. DR
en Trinity College de Inglaterra queman el crème brûlée con una salamandra en la forma de su escudo heráldico. ¡Muy cool!


La salamandra
Salamandra. Foto suministrada. DR
He mencionado la salamandra en varias veces, pero no me refiero a un reptil al horno, sino a un implemento de cocina. El instrumento de hierro en forma de paleta se coloca en el fuego hasta que está candente, y luego se retira por el mango para no quemarse. La placa caliente se coloca sobre el azúcar, el queso o la cobertura que se quiera dorar y luego se retira. 
Hierro. Foto suministrada. DR
La salamandra tiene el mismo concepto del hierro con que se marcaba un logo en el ganado para distinguirlas de las pertenecientes a otra finca, pero menos doloroso.



La antorcha
Creme Brulée en Caffiato, San Juan de Puerto Rico
Otro método para quemar el postre es con un soplete de gas, y se le aplica la flama directamente al azúcar hasta que carameliza. Es importante aclarar que el gas que se utiliza para este sistema, debe ser de “grado alimentario” porque otros gases pueden ser tóxicos al ingerirlos. 
Antorcha. Foto suministrada. DR
Esta antorcha se consigue facilmente en tiendas especializadas en implementos para cocinar, y viene de distinta calidad: desde casera hasta comercial.

El broiler o la salamandra de gas
Salamandra de gas. Foto suministrada. DR
Una última manera para brulear es con una salamandra de gas, que no es otra cosa que un horno con la llama de gas desde arriba. Este método se tarda un poco más que los otros dos, porque el calor no le llega directo como una placa sobrepuesta o una flama dirigida al azúcar, sino que funciona con el calor ambiental dentro del ensér como tal. Este pieza también se consigue en su versión eléctrica.

La receta del crème brûlée

1 litro de crema de leche, nata, heavy cream
6 yemas de huevo
½ taza de azúcar
1 vainilla, abierta y raspada
Azúcar para caramelizar - Es una buena idea utilizar azúcar en que se ha guardado vainas de vainilla, porque tiene ese sabor cuando carameliza.
Sabores opcionales:
• Naranjas 
• Agua de azahar
• Limón

Procedimiento:
Precalienta el horno a 325°.

Creme Brulee de Madeleine Café Bistro
en San Juan de Puerto Rico.
Vierte la crema y la vainilla con su pulpa en una olla y calienta a temperatura medio-alto hasta que hierva. Retira del calor y deja enfriar cubierta por al menos 15 minutos. Saca la vainilla, lávala y guarda para otra ocasión.
En un envase mediano bate las yemas y el azúcar hasta que estén amarillo claro. Poco a poco añade la crema a temperatura ambiente, batiendo continuamente. Divide la mezcla en 6 ramekins (de 7 a 8 onzas). Coloca los ramekins en un molde grande, con agua caliente hasta la mitad en forma de baño de María. Hornea de 40 a 45 minutos hasta que estén cocidos pero cremosos en el centro.
Creme Brulée en Caffiato, San Juan de Puerto Rico
Retira los ramekins de la bandeja y refrigera por un mínimo de dos horas. Para llevar a la mesa, espolvorea el tope con 2 ó 3 cucharadas de azúcar. Usando la salamandra o la antorcha, derrite el azúcar hasta que caramelice. Espera unos minutos antes de servir.


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domingo, 20 de octubre de 2019

La peligrosa tarta Tatin

Dicen que Stéphanie Tatin estaba cocinando manzanas para una tarta, cuando se percató de que estaban a punto de quemarse. La mezcla de azúcar y mantequilla ya se había convertido en caramelo, y para salvar el postre, le puso la masa por encima a la sartén y la metió en el horno. 
Las hermanas Tatin.
Foto suministrada. DR
Al voltear la tarta pensó que estaba presentable y la sirvió a los huéspedes de L’Hotel Tatin, que manejaban ella y su hermana Caroline. 


El pintor Claude Monet.
Foto suministrada. D
El hotel era muy frecuentado porque quedaba cerca de la estación del tren y hasta el pintor Claude Monet era un “frequent diner” los domingos. Resultó que a los comensales les fascinó el postre, así que lo dejaron como parte del menú regular. 

El Hotel Tatin en Lomotte-Beuvron, Francia.
Al día de hoy, el hotel en Lomotte-Beuvron al sur de Francia, se promociona como la cuna de esa tarta, que comenzó con un descuido en los 1880s.


La receta ahora se conoce a través del mundo, y se hace con todo tipo de frutas, como es mi caso en este artículo que la hice con peras Bosc.

Postre "Trifle" de crema, fresas y chocolate.
Si me has leído antes, ya sabes que aprovecho las cenas especiales de mi familia como Acción de Gracias o Navidad, para experimentar haciendo postres que resultan trabajosos como la torta Selva Negra, la Sant Honoré o el trifle, y que los documento para el “blog”. 
Flan de queso Manchego.
Pues esta vez hice dos recetas: la tarta Tatin que tenía planificada hace días, y un flan de queso manchego que sugirió mi cuñado Angel. De ese flan hablamos en el próximo artículo. 



Primero, la tarta Tatin
Como siempre me pasa, lo dejé todo para última hora y después estaba estresado. Fui al supermercado a conseguir una masa de hojaldre puff pastry para la tarta y evitarme ese rollo, pero lo olvidé y compré todo menos eso. En una visita a otro colmado encontré masa phillo, y pensé que la base de la tarta con ese tipo de hojaldre sería espectacular, así que compré esa.


Pera Bosc. Foto suministrada. DR.
Había varios tipos de pera, pero la más vistosa para las fotos -aunque probablemente no sea la mejor para el dulce- era la pera Bosc. Me encantan los tonos marrones y verdosos que tiene esa cáscara, y hasta las manchas se ven bellísimas. Esa pera tiene una calidad otoñal maravillosa, aunque luego de caramelizada no se sepa cuál pera es cuál.

Hice research como siempre sobre la tarta: su historia, distintas recetas, videos e ideas. En todas menciona la seguridad como una de las cosas más importantes al hacer este postre. 
Termómetro
para dulce.
Foto Suministrada
DR
El caso es que el punto de ebullición del caramelo va entre 338 a 350 grados farenheit, que es mucho más alto que el del agua que es de 212, o sea que si te quemas con sirop caliente, el daño es mucho mayor que si te cayera agua hirviendo. Esta tarta requiere manipular mucho el caramelo, y hasta voltearla inmediatamente sale del horno para que no se pegue, así que la posibilidad de quemarse es bien alta. Bueno, sin saber cómo, con todo y las precauciones, me quemé. No mucho, pero suficiente para que me doliera un par de días. Ni modo.

Licor de canela hecho en casa.
En uno de los videos el chef usaba cognac en vez de agua para hacer el caramelo. Se me ocurrió usar el licor de canela que hice cuando escribí el artículo del limoncello. Ese cordial quedó con un sabor muy suave, delicado y a la larga ni siquiera se reconoce en el almíbar, porque entre el dulce y el alcohol se confunde un poco. Definitivamente el aroma de la canela llenó la cocina. También se me ocurre usar licor Pear Williams o hasta el jugo de la fruta que se use en la tarta: como jugo de manzana, o sidra. La selección es infinita.

Finalmente la tarta quedó espectacular y todos en la cena la disfrutaron mucho. Pienso hacer una versión con bananas o higos pronto, en una sartén pequeña y con menos posibilidades de quemarme. También una versión salada que vi con tomates, cebollas y romero en aceite de oliva en vez de caramelo.


Otra cosa que supe
Tarta comercial en Francia. Foto suministrada. DR
Resultó que antes del cuento de las hermanas Tatin, en el vecindario ya se hacía una tarta exactamente igual llamada tarte solognote, del área de Solognote, cerca del hotel, así que este era un postre tradicional antes de que ellas lo “inventaran”. 

Chef Antonin Careme.
Foto suministrada. DR
De todos modos el repostero Antonin Carême ya había mencionado los gâteaux renversés -bizcochos al revés- adornados con manzanas, en su libro Pâtissier Royal Parisien para el 1841.
Tampoco es que las hermanas alardearon de su receta, porque ni nombre le pusieron. Fueron el autor Curnonsky, y el dueño del restaurante Maxim’s de Paris que le nombraron “tarta Tatin”.

Pero la trama se complica
Louis Vaudable. Foto
suministrada. DR.
Existe la leyenda de que Louis Vaudable, el dueño de Maxim’s comió la tarta y le encantó, así que la  añadió a la carta del restaurante. Vaudable escribe:
“Yo solía cazar cerca de Lamotte-Beuvron cuando joven, y descubrí un maravilloso postre en un pequeño hotel que manejaban una viejitas, y le llamaban tarte solognote. Le pedí la receta a los cocineros pero se negaron. Yo estaba decidido a obtener la receta así que pedí trabajo como jardinero, aunque me despidieron a los tres días porque yo no sabía ni sembrar un repollo. De todos modos ese tiempo fue suficiente para averiguar los secretos de la cocina. Traje la receta de vuelta y a puse en mi menú con el nombre “Tarta de las señoritas Tatin”.
Restaurante Maxim's en Paris.
A todas luces esta historia es imposible porque Vaudable tenía 4 años cuando las hermanas se retiraron y finalmente murieron unos años más tarde. Para colmo, la familia Vaudable no compró el restaurante Maxim’s hasta el 1932.

La primera receta
Los ingredientes de la tarte Tatin tienen muchas variantes, para comenzar, el tamaño de la sartén en que la vas a hacer. Probablemente una taza de azúcar para una sartén pequeña sea demasiada. Por eso no voy a poner medidas específicas sino generales explicando la lógica.

Los ingredientes:
Para el caramelo: Azúcar; Agua, licor o jugo de fruta; Mantequilla
Para la masa: Pasta de hojaldre o “pie crust”
Frutas cortadas

El procedimiento:
Precalienta el horno a 350º F.
Cubre el fondo de la sartén con bastante azúcar y aproximadamente una cuarta parte de esa medida en líquido. Hierve en la estufa hasta que el caramelo esté dorado. En ese momento echa la mantequilla hasta que se derrita y haga una salsa cremosa. Cuidado aquí, porque el caramelo reacciona violentamente al echarle la mantequilla.
Coloca las rebanadas de fruta de manera creativa. Recuerda que finalmente lo que está abajo va a quedar hacia arriba, y este es el momento de hacer un diseño agradable a la vista. Deja cocinar hasta que la fruta esté cocida. El líquido que suelta debe diluir un poco el caramelo y va a ayudar a cocerlas.
Corta la masa de hojaldre estirada en forma de círculo un poco más grande que la sartén. Una vez la fruta esté lista y el líquido haya reducido, cubre el tope con la masa de hojaldre y acomoda el borde en forma de labio para que forme un envase que contenga el sirop una vez la gires. Pincha con un tenedor para hacer huecos que dejen salir el vapor.
Coloca la sartén en el horno y cuece hasta que la masa esté dorada, algunos 15 minutos. Retira la sartén del horno y deja reposar cinco minutos. Inmediatamente tapa la sartén con una bandeja o el plato en que la vas a servir y voltea el postre con un movimiento rápido. Este momento es crucial y peligroso: si volteas acabado de salir del horno te puedes quemar, si esperas a que enfríe se pega. 
Este postre es mejor hacerlo cuando se va a comer. La masa se humedece con el tiempo y el caramelo se pone muy viscoso al enfriarse. Definitivamente no es el mejor postre para confeccionar si tienes una cena y quieres disfrutar fuera de la cocina, porque requiere bastante atención en el proceso. De todos modos, no dejes de probarla porque es muy rica.
¡A votre santé! ¡Buen provecho!


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