jueves, 18 de junio de 2020

Brasil: Feijão e arroz como se fosse um príncipe

Cuando el avión que me traería de regreso despegó del aeropuerto Galeão de Río de Janeiro, recordé el cartel de la aerolínea Varig que decía:    
“Cuando vuelvas del Brasil, serás capaz de cerrar los ojos y ver la cintilante y glamurosa playa de Río, o presenciar al mundo tornarse verde alrededor del Amazonas color café. Verás los pueblitos del ayer cubiertos de tejas y lo que será el mañana, en el Brasilia de hoy. En los momentos de silencio oirás la cacofonía de los mercados en Bahía, o la sinfonía sin final que toca la naturaleza en las cascadas del Iguazú.”

Entonces cerré los ojos y como por arte de mágia comencé de nuevo a ver los sitios en donde había estado, a ver la gente y a oir la música y voces conocidas.  El anuncio no mentía.  Era la magia del Brasil.

Más que samba
Playa de Copacabana,
Río de Janeiro.
Foto suministrada. D.R.
Brasil tiene mucho que ofrecer al visitante.  Definitivamente mucho más que el carnaval y las playas de Copacabana e Ipanema.  Es una amalgama de tantas cosas que aunque están en nuestro lado del mundo son distintas a nosotros “los de habla hispana”. 

Pedro Álvarez Cabral.
Foto suministrada. D.R.
Brasil fue descubierto en 1500 por Pedro Alvarez Cabral, un portugués que lo tomó como posesión de su país.  Luego en el 1808, cuando el Rey Juan IV de Portugal huye durante la invasión Napoleónica, se refugia en Brasil hasta el 1821 en que regresa a su país y deja encargado a su hijo Don Pedro. Un año después, Don Pedro se proclama Emperador Pedro I y se independiza de Portugal. 

Don Pedro II.
Foto suministrada. D.R.
En el 1931, su hijo Don Pedro II asciende al trono. En el 1889 luego de una revolución, Brasil se convierte en república, y para el 1930 en una dictadura del Presidente Getúlio Vargas hasta el 1954, en que éste último se quita la vida.

El Emperador
Teatro Municipal Río de Janeiro.
Foto: theatromunicipal.rj.gov.br
Pero volvamos atrás.  El imperio dejó un gran legado a éste país.  Don Pedro II estableció varias ciudades entre las cuales se encuentran Petrópolis, en su nombre, y Teresópolis, en nombre de su esposa Teresa. El emperador comisionó muchos de los edificios más importantes de Río de Janeiro, y aunque la mayoría de éstos hoy día son museos, retienen el estilo imperial tan imponente que convierten a Río de Janeiro en una gran ciudad.  

Hotel Quintandinha, Petrópolis. Foto suministrada. D.R.
Uno de los más impresionantes era un palacio veraniego en Petrópolis llamado Quintandinha, o pequeña quinta, que hoy día es un gran hotel. De pequeño no tiene nada, y es un destino no sólo para el que va de estadía a las facilidades del hotel, sino a los que van a pasar un rato, almorzar en sus restaurantes, o simplemente a admirar el lugar.

Palacio de Cristal, Petrópolis. Foto suministrada. D.R.
En esta ciudad está el Castillo Real que era su residencia y hoy es un museo que contiene las joyas de la corona; una Catedral estilo gótico con sus sepulcros; y el Palacio de Cristal en donde se celebraban fastuosas recepciones. 

La Cremerie, Petrópolis. Foto suministrada. D.R.
En Petrópolis también se puede visitar La Cremerie, un parque infantil que simula un pueblito de muñecas a tamaño real, y la casa/museo La Encantada en la Calle Encanto, del aviador Alberto Santos Dumont... sí, el del reloj Cartier.

Mesa do Imperador, Río de Janeiro. Foto suministrada. D.R.
Como nota gastronómica en tiempos de Don Pedro II, la Mesa do Imperador es una terraza en la montaña del Cristo de Corcovado, con una vista maravillosa hacia la ciudad. Aparentemente para Don Pedro era muy importante almorzar con un paisaje hermoso de fondo. Ciertamente sería muy cool comer ahí. ¡Que le aproveche!

El Río de Enero
Cristo Redentor del Corcovado, Río de Janeiro.
Foto suministrada. D.R.
Río de Janeiro, la ciudad más importante de Brasil –que fue la ciudad capital hasta el 1960– ofrece al visitante desde la vista del Cristo de Corcovado, que en una noche oscura parece flotar en los cielos, 
Largo do Boticario, Río de Janeiro. Foto suministrada. D.R.
hasta un  romántico rinconcito llamado el Largo del Boticario, un pequeño redondel con cuatro de los edificios coloniales más hermosos de la ciudad y donde se puede tomar un cafezinho - un pocillo de café negro - en los aires del siglo pasado. 
Uno de los edificios es un museo del ambiente de su época, y hasta tiene una tienda de regalos en donde puedes comprar reproducciones de algunas de las antigüedades que has visto en la residencia.

Nueva Catedral de Río de Janeiro.
Foto suministrada. D.R.
Para el carioca, la vida parece ser para una eterna lucha por conquistar los elementos. Basta con echar una mirada a la catedral contemporánea, construída en forma de cono. En ese lugar se erguía una colina de forma similar y ellos se empeñaron en sustituirla para utilizar el espacio sin dañar la silueta del centro de la ciudad. La tierra que sacaron de esa montaña se usó como relleno para extender hacia el mar la playa de Copacabana, el espacio que ocupa una cuadra de hoteles y las avenidas que forman el malecón. Testarudos, ¿no?

El clima al revés
Foto suministrada. D.R.
Es importante saber que como Brasil está situado en el hemisferio sur del planeta, las épocas varían.  Cuando para nosotros en el norte es invierno, en el sur es verano, y las playas están rebosantes de bañistas a su vez rebosantes en sus bikinis... y monokinis.  Por el contrario, en Agosto ellos andan arropados hasta el cuello, sobre todo en los estados muy al sur.

La profecía de San Juan Bosco
San Juan Bosco. Foto suministrada. D.R.
Cuenta San Juan Bosco en sus Memorias Biográficas, que mientras dormía en la noche del 30 de Agosto de 1883 en su casa en Italia, fue “arrebatado por los ángeles” y llevado a viajar.  “Entre los paralelos 15º y 20º, había un lecho muy largo y extenso, que partía del punto en donde se formaba un lago”, escribe.  Entonces una voz le dijo: “Cuando excaven las minas escondidas en el medio de estos montes, aparecerá aquí una gran civilización, una tierra prometida en la que correrá leche y miel.  Será de una riqueza inconcebible.  Y estas cosas acontecerán en la tercera generación”.

Juscelino Kubitscheck. Foto suministrada.
D.R.
“Cuando leí esas palabras me emocioné”. escribe Juscelino Kubitscheck, ex-Presidente de Brasil en su libro Por Qué Construí Brasília.  “No existía una tierra prometida entre los paralelos 15º y 20º, pero ese era justamente el lugar en que construíamos a la ciudad de Brasília”.  Se dice que la visión de San Juan Bosco fue un anticipo profético sobre lo que iba a ocurrir en el Planalto Central de Brasil en el 1956.

Brasília
Catedral de Brasília. Foto suministrada. D.R.
Luego de un arduo trabajo y sobrepasando mil obstáculos la ciudad capital del país dejó de ser en Río de Janeiro para trasladarse a la recién construida Brasília el 21 de Abril de 1960.  Esta nueva ciudad, situada en lo que era un desierto, se convirtió en el sueño de muchos planificadores y arquitectos.  

Plano original de Brasília por Lucio Costa. Foto suministrada. D.R.
Su plano piloto, diseñado por Lúcio Costa, asemeja la forma de un avión, en cuyas alas se establecen las areas de vivienda y en la cabina se sitúan los edifícios de gobierno y la Plaza de los Tres Poderes, 
Palacio del Congreso, Brasília. Foto suministrada. D.R.
un gran espacio triangular con los edificios del Congreso, la Corte Suprema y la Casa Presidencial o Palacio de la Alborada.  La mayoría de estos edifícios fueron diseñados por el arquitecto Brasileño Oscar Niemeyer.

Ministerio de Justiça, Brasília. Foto suministrada. D.R.
Lejos de ser la tierra prometida, Brasília se ha convertido en la ciudad con el porciento más alto de divorcios en la nación.  Esto se debe a que muchos empleados de gobierno y congresistas retienen sus residencias en Río de Janeiro y viajan sólo los fines de semana a visitar a sus esposas. Las familias que sí se han mudado a la ciudad, encuentran que sólo funciona de día para los que trabajan, pero es muerta y sin vida durante la noche y los fines de semana.  Para ellos es lo que siempre fue: un desierto en el centro del país.

Palacio da Alvorada, Brasília. Foto suministrada. D.R.
Las líneas aéreas locales mantienen vuelos tipo “machina” shuttle de ida y vuelta durante todo el día, a precios relativamente económicos. Brasilia, aunque grandiosa, es una ciudad pequeña. Es posible volar a ella por la mañana, visitar todos los puntos y edificios importantes, almorzar y regresar temprano en la tarde. Ya para eso de las tres de la tarde, el intenso sol en la plaza del Palacio da Alvorada es bastante incómodo... bueno, como si estuvieras en el desierto del Planalto Central. 

Foto suministrada. D.R.
Como nota irónica, el “chicken or lasagna” de un vuelo regular, en en los viajes de ponte aéreo Río-Brasilia son de primera clase: filete mignon, champagne, vinos y cordiales. Claro, es que los principales usuarios de estos viajes son políticos, congresistas y ejecutivos de gobierno.

Palacio Itamaratí de Relaciones Exteriores, Brasília.
 Foto suministrada. D.R.
...y como nota curiosa, las paredes de muchos de los edificios de Brasilia están construidos con un riel de agua corriente en vez de zócalo - en donde el muro une con el piso - para mantener la humedad de la mampostería. Esta fue una solución de diseño a la que se llegó luego de que el empañetado, las losas y los azulejos de las construcciones originales, sencillamente se deshacían por el calor, y la razón de por qué la mayoría de los edificios incluyen al agua en su diseño.

Si te gusta el futebol
Estadios Maracanã y Maracanãzinho, Río de Janeiro. Foto suministrada. D.R.
El estadio Maracanã sienta 150,000 personas y usualmente se llena. La oportunidad de ver un partido allí es única, y muchos turistas van sólo por el ambiente que se genera. Te advierto que no es el momento para andar con cámaras ni look de turista, porque puede ser complicado. Créeme que estar un domingo en el partido final de la Copa Guanabara entre el Vasco de Gama y el Flamengo es toda una experiencia. Sólo llegaron 135,000 porque se esperaba algún tipo de situación por los fanáticos, pero no pasó nada, aparte de fuegos artificiales y algarabía hasta la madrugada. Ganó el Vasco de Gama por un gol.
Al lado del Maracanã está el estadio Maracanãzinho, su versión más reducida para juegos menos importantes.

Pero la comida... Feijoada, Farofa e caipirinha
Feijoada. Foto suministrada. D.R.
La comida oficial de los Brasileños es la Feijoada, un guiso de habichuelas negras con pedazos salados de cerdo, longaniza linguiça y otros embutidos, que se sirve con arroz y gajos de naranja para cortar un poco la grasa según vas comiendo. Sobre la feijoada se echa la farofa, que es harina de yuca sofrita con pedazos de tocino, al estilo de las gachas o las migas en España.

en la Churrascaría corrida. Foto suministrada. D.R.
Aparte de la Feijoada, en Brasil se come mucha carne.  Existen varios tipos de churrascarías, como la corrida, en la cual los mozos se pasean por todo el restaurante con espadas o sables largos llamados espetos, en los cuales están “espetadas” las postas enteras de carne, pollos, y filetes acabados de sacar de la parrilla. El comensal los llama a la mesa y escoge de entre la variedad del espeto. Ya en otros países tenemos versiones de una que otra cadena de churrascarías corridas procedentes de Brasil.

"Faca" o cuchillo con su vaqueta.
Es muy común que el comensal lleve al restaurante o a cualquier cena su propia faca, un cuchillo de carne. Usualmente es una pieza fabricada por las compañías locales de cubiertos -por ejemplo la fábrica Mundial- con mangos que van desde madera hasta huesos o piedra, y con una vaqueta en cuero para transportarla con seguridad. 


"O-hashi" o palitos japoneses para comer,
 y sus empaques.
Esto me recuerda los o-hashi, los palitos japoneses que mucha gente lleva consigo para comer, y que vienen en versiones de maderas finísimas o metales y con su propia bolsita de seda o una cajita de madera para cargar. Vienen hasta palillos para pinchar en metal.

Foto suministrada. D.R.
Según el área geográfica de Brasil, la costumbre de comida cambia.  Por ejemplo, en Río el filete se corta en ruedas mignon como en América del Norte mientras que en la ciudad de São Paolo se corta a lo largo y se le llama “al estilo paulista”. En una cena en la bellísima residencia del doctor Céntola en Gávea, la falda de la montaña del Corcovado, la carne nos la sirvieron cortada en perfectos cubos de 4 pulgadas (10cm).

Gracias a la gran inmigración de muchos países, la cocina étnica es muy prolífera, en especial la italiana y la japonesa; y la alemana en el área sur en donde el clima se asemeja al los países nórdicos.

...y el aguardiente, la caña, el pitorro o la cachaça
Cachaça en producción.
Foto suministrada. D.R.
No se puede quedar atrás el alcohol. Como en cualquier parte del mundo, se fabrica el aguardiente casero o la cachaça, aunque en Brasil es legal producirlo.

Mortero tradicional para "caipirinha". 
Una de los tragos alcohólicos más comunes es la Caipirinha, y hasta existe un vaso particular de madera en forma de pilón para prepararla.  Es muy sencilla de hacer aunque bastante fuerte. 
Toma un limón partido en cuartos y májalo en el mortero con una cucharada de azúcar negra.  Añade hielo, una medida de cachaça o ron, y ya está.  Lo tomas en el mismo mortero.

Guaraná.
Foto suministrada. D.R.
Para los no-alcohólicos existe el guaraná, un refresco hecho de una fruta del mismo nombre, oriunda del país.  Es muy rico, su sabor es una mezcla entre una cola y un ginger ale, pero con más cafeína.  Claro, el guaraná viene también con alcohol, y se le llama guaraná champagne.

Tomar café en el siglo pasado
Confeitaría Colombo, Río de Janeiro.
Foto suministrada. D.R.
En el centro viejo de Río de Janeiro, como en otras ciudades antiguas, se puede visitar bellísimos cafés, restaurantes y reposterías con ambiente de siglos pasados. Muchos de ellos aún funcionan normalmente, y es cuestión de pedir un café y alguna confección y sentarse a disfrutar del lugar. Entre los más concurridos están las Confeitarias Colombo y Manon Ouvidor.

Sobre el título: como se fosse um príncipe
Portada de Grabación: Chico Buarque.
Foto suministrada. D.R.
La frase es parte de la potente canción Construção de mi cantautor brasileño favorito, Chico Buarque de Holanda, que describe un trágico día en la vida de un albañil. El personaje ama, bebe cachaça y come feijão con arroz como si fuese un príncipe, y va al trabajo en donde finalmente pierde la vida. La integro al artículo como un ejemplo de la inclusión de la comida y la bebida en la música brasileira. Al fondo del artículo está la traducción de la letra completa por si la quieres conocer. Observa cómo el autor repite la historia cambiando la última palabra de cada línea, para dar otro sentido. ¡Brutal!

Una tarta de Banana
Esta tarta de banana la aprendió a hacer mi abuela durante los años que vivió en Río de Janeiro, y regresó con esa receta. La confección no lleva base y se sirve estilo “cucharón”. Yo le añadí una base para hacerla más estable, pero siéntete en libertad de omitirla. Si te fijas, con dos bananas, tres huevos y azúcar, terminas con un postre extraordinario. Métele, y ¡buen provecho!

TARTA DE BANANA
Base:
1 taza de harina
1/2 taza de azúcar
1 huevo
1/4 taza de mantequilla
1/2 cucharadita de vainilla
1 pizca de ralladura de limón

Procedimiento: 
Mezcla en un bol el azúcar con la mantequilla a temperatura ambiente. Luego, incorpora el huevo y ve agregando la harina, la vainilla y la ralladura de limón.
Deja reposar la masa en la nevera por 30 minutos. Pasado el tiempo de reposo, retira la masa de la nevera. Luego, engrasa y espolvorea con harina un molde para horno. Extiende la masa con los dedos, para hacer la base.

Relleno y merengue
2 bananas
3 huevos separados
Canela
1/2 taza azúcar moreno
1/2 taza azúcar blanca
1/4 cucharadita de vainilla

Procedimiento: 
Corta las bananas en lascas y colócalas sobre la base... o el molde, si no tienes base.
Bate las yemas de los huevos con el azúcar moreno y la canela hasta que sea una espuma suave y viértela sobre las bananas. Lleva al horno a de 300º F durante unos 35 minutos.
Bate las claras con el azúcar blanco y la vainilla. Cuando esté lista la tarta, cúbrela con el merengue y regrésala al horno por 5 minutos o en lo que doran las puntas. ¡Ya!


Construção
de Chico Buarque

Chico Buarque de Holanda
Foto suministrada. D.R.
Amó aquella vez como si fuese la última,
besó a su mujer como si fuese la última,
y a cada hijo suyo cual si fuese el único,
y atravesó la calle con su paso tímido.
Subió a la construcción como si fuese máquina,
alzó en el balcón cuatro paredes sólidas,
ladrillo con ladrillo en un diseño mágico,
sus ojos embotados de cemento y lágrima.
Sentóse a descansar como si fuese sábado,
comió feijão y arroz como si fuese un príncipe,
bebió y sollozó como si fuese un náufrago,
danzó y se rió como si oyese música
y tropezó en el cielo con su paso alcohólico.
Y flotó por el aire cual si fuese un pájaro,
y terminó en el suelo como un bulto flácido,
y agonizó en el medio del paseo público.
Murió a contramano entorpeciendo el tránsito.

Amó aquella vez como si fuese el último,
besó a su mujer como si fuese única,
y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo,
y atravesó la calle con su paso alcohólico.
Subió a la construcción como si fuese sólida,
alzó en el balcón cuatro paredes mágicas,
ladrillo con ladrillo en un diseño lógico,
sus ojos embotados de cemento y tránsito.
Sentóse a descansar como si fuese un príncipe,
comió feijão y arroz como si fuese el máximo,
bebió y sollozó como si fuese máquina,
danzó y se rió como si fuese el próximo
y tropezó en el cielo cual si oyese música.
Y flotó por el aire cual si fuese sábado,
y terminó en el suelo como un bulto tímido,
agonizó en el medio del paseo náufrago.
Murió a contramano entorpeciendo el público.

Amó aquella vez como si fuese máquina,
besó a su mujer como si fuese lógico,
alzó en el balcón cuatro paredes flácidas,
Sentóse a descansar como si fuese un pájaro,
Y flotó en el aire cual si fuese un príncipe,
Y terminó en el suelo como un bulto alcohólico.
Murió a contramano entorpeciendo el sábado.

Nota: Puede que algún detalle particular se haya escapado o no esté del todo correcto, pero mi intención es sólo entretener con un texto ameno y rápido, a la vez que documento y recopilo un poco de la información disponible para que no desaparezca del todo. Te invito a que visites las excelentes bibliotecas que tenemos en la Isla, o busques en la internet para que obtengas información a fondo de los temas que menciono limitadamente. 


En este artículo anterior encuentras información sobre el arquitecto Oscar Niemeyer, diseñador de la mayoría de los edificios de Brasília:

En este artículo anterior encuentras información sobre las almohaditas de pasta de patata conocidos como gnocchi y cómo aprendí a hacerlos en Río de Janeiro:

En este artículo anterior encuentras información sobre la farofa y otros platillos similares en el mundo:

En este artículo anterior encuentras información sobre mi postre favorito, los brigadeiros:


Chequea la página de Facebook de Refresco de Tamarindo y dale “Like” o “Me gusta” para que leas otros interesantes artículos.

También puedes buscar a Refresco de Tamarindo
• en Instagram

• en Twitter

• en VIMEO

• en YouTube

• en Tumblr

• en Pinterest

• en Vine


domingo, 7 de junio de 2020

Jacques Pépin: El Caballero de la Cocina

Esta anécdota ocurrió hace años, cuando yo trabajaba como Director Creativo de la desaparecida Vida Diaria, la primera revista dedicada a la gastronomía en Puerto Rico. Un día supe que la amiga Asela Crumley traía al chef Jacques Pépin como invitado a dar una clase en su tienda Kitchen World. Sin pensarlo dos veces me matriculé en la clase. Yo era lo que hoy se llama un “cocinillas” foodie; admirador de Pépin; y tenía varios de sus libros. Para mi era como si viniera un rock star.
Hablé con la gerencia de la revista para escribir un artículo, que finalmente se convirtió en una serie mensual llamada Los Grandes Chefs, y que en cierto modo es la semilla que generó con el tiempo, el blog Refresco de Tamarindo.


El chef Jacques Pépin.  Foto: José Marcano.
Allá para fines de los años 1950s, el chef francés Jacques Pépin (se pronuncia Jack Pepán), fue el chef del Presidente de Francia Charles de Gaulle y de los primeros ministros Felix Gaillard y Pierre Pfimlin.  Durante ese periodo de tiempo preparó banquetes para el presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower; el Mariscal Tito, presidente de Yugoslavia; para el discípulo de Gandhi, Jawaharlal Nehru, y para toda una impresionante lista de personalidades.
  
Con esta pieza de información, un poco más que pude encontrar y mi copia de uno de sus treinta y tantos libros para que lo autografiara, me dirigí a conocer a tan ilustre personaje.  Todo estaba listo, la libreta, el fotógrafo citado temprano, y los nervios de punta.  

El chef Jacques Pépin y yo. Foto: José Marcano.
Llegué al sitio de la entrevista media hora antes de lo pautado para que el señor Pépin no me tuviera que esperar. Unos minutos después, hizo su entrada.  Temprano también para que yo no lo tuviera que esperar.  Vino a saludarme con la cordialidad que lo caracteriza, con una sonrisa amable y con un apretón de manos sincero.  “No me llames Sr. Pépin”, me interrumpió, “llámame Jacques”.   Así, como dos amigos de siempre nos pusimos a conversar.

El chef Jacques Pepin. Foto: José Marcano.
Le pregunté si conocía la cocina Puertorriqueña después de haber pasado varias navidades en la Isla.  “¡Pero claro que la conozco.  En mi casa la comemos todo el tiempo porque mi esposa Gloria, es puertorriqueña!”.  Y pasó a contarme de sus comidas, del arroz con pollo, de las habichuelas, de cómo ha incluído el recao en el condimento de platos internacionales e inclusive que ha escrito sobre nuestra cocina en sus artículos en The New York Times.

El Autor
Foto suministrada. D.R.
Jacques Pépin ha escrito varios de los libros más importantes de la cocina mundial.  Entre ellos se encuentran La Methode y La Technique, dos libros que documentan todos los métodos y técnicas para la preparación de todo tipo de comida.  También es el autor de The Art of Cooking, un libro para el cual se tomaron más de 2,800 fotografías para demostrar paso a paso la confección de cada receta.  

El libro que yo llevo, The Short-Cut Cook, significa un cambio en su estilo.  “La casa publicadora que me representa, me pidió que escribiera un libro de recetas en las que hubiera que cocinar muy poco”, me explica.  “Pero ha sido muy fácil, porque son las cosas que se hacen día a día cuando uno llega del trabajo tarde y no tiene tiempo para hacer una receta desde su comienzo.  Uno  puede utilizar ingredientes que ya se encuentran a medio preparar en el colmado, como los vegetales congelados, la base para un pie, o un pudín al instante para usarlo como crema de rellenar.  De todos modos, en un buen restaurante existe el sous-chef, el asistente del Chef, quien prepara los ingredientes hasta cierto punto, pela y corta los vegetales, hierve algunas cosas y deshueza las carnes, así que yo pienso en el colmado como en mi asistente personal.  El fin de semana es otra cosa, porque tienes el tiempo para cocinarlo todo desde el principio”.  

La Estrella de Televisión
DVD. Foto suministrada. D.R.
La afición del señor Pépin lo ha llevado no sólo a escribir sus recetas, sino a demostrar cómo hacerlas.  Acaba de grabar su segunda serie de televisión para la cadena PBS-TV.  Today’s Gourmet, consta de 26 programas semanales en los que el televidente aprenderá a hacer las recetas que se incluyen en un libro de igual nombre, que acompaña la serie.  Aparte de éste, tiene tres videos en el mercado, y en unión a The Cleveland Clinic Foundation, creó dos juegos de video y libro:  A Fare for the Heart, con recetas beneficiosas para el corazón y A Fare that Fits, con recetas bajas en calorías.  
Foto suministrada. D.R.
Junto a la chef norteamericana Julia Child ha escrito varios libros y tiene otras series televisivas, muy importantes. Durante las Olimpiadas, Jacques usualmente es el comentarista culinario para la PBS, y habla sobre la cocina y las tradiciones del área en que se celebran.

El Chef de Vocación
El chef Jacques Pépin. Foto suministrada. D.R.
Jacques Pépin nació en Bourg-en-Bresse, cerca de Lyons en Francia.  Su primera experiencia en la cocina la obtuvo en Le Pelican, el restaurante de sus padres. A los trece años comenzó como aprendiz en el Grand Hotel de L’Europe y luego se graduó del espléndido Meurice en París, antes de  trabajar en el famoso Plaza-Athenee.  


La Potagerie, NYC. Foto suministrada. D.R.
En el 1959 se mudó a Nueva York, a trabajar en Le Pavillion  y de ahí pasó a ser el Director de Estudios y Desarrollo para la cadena de hoteles Howard Johnson por diez años.  Al poco tiempo abrió su propio local, La Potagerie, un exitoso restaurante dedicado a hacer sopas, a la vez que estudiaba una maestría en Literatura Francesa del siglo 18 en Columbia University.
En la actualidad, Pépin es el Decano de Estudios del International Culinary Center y profesor en Boston University.

Su Vida Diaria
El chef da clases en la Fundación Jacques Pépin. Foto suministrada. D.R.
Su trabajo le lleva a viajar a varias partes de los Estados Unidos por cerca de treinta semanas del año.  Enseña en distintas escuelas de cocina, ofrece charlas y participa en festivales culinarios.  
Fue precisamente ese el  motivo de su viaje a Puerto Rico: dar tres clases de cocina en la tienda Kitchen World, en San Juan.  Y mientras él preparaba sus implementos y conversábamos sobre recetas, llegó quien iba a ser su Sous-Chef en la clase de esa noche, David Graves, el chef de La Fortaleza, con todo y cuchillos.  Se conocieron, compartieron recetas, opiniones, compararon escuelas y pasaron un buen rato.  En realidad lo de “ayudante” pasó a ser sólo una broma, porque los dos se trataron con la deferencia y cordialidad de dos colegas.

Charles de Gaulle. Foto
suministrada. D.R.
“¿Que cómo fué mi experiencia trabajando para de Gaulle? Pues te diré...” respondió a la pregunta de Graves.  “En aquella época no era importante ser chef, ni tenía ningún tipo de glamour.  Yo era más bien ‘el tipo que trabaja en la cocina’ ”.


La Clase de Cocina
Cerca de tres horas habían pasado desde que nos encontramos y entonces comenzaron a llegar los estudiantes ávidos de conocer a Jacques.  Todos traían libros para firmar, y en sus caras se notaba la admiración.  Al poco rato comenzó la clase y Jacques se los echó al bolsillo con su amabilidad y conocimientos.  Yo esperé un ratito, y luego me fuí a mi casa con un montón de cosas en la mente para escribir el artículo, y un libro autografiado por alguien a quien he admirado por mucho tiempo.  Un tesoro para mi biblioteca.

Un regalo
Justo antes de que empezara su clase, Jacques me regaló una receta para los amigos de Vida Diaria.  Aquí la incluyo, con todo y acento francés.

MOUSSE DE CHOCOLATE
Ingredientes:
1 taza de crema para batir
3/4 taza de leche
8 onzas de chocolate semi dulce (de barra)  en pedacitos 
1 cucharada de Grand Marnier
1 onza de chocolate semi dulce para adornar

Procedimiento:  
Bate la crema con una batidora eléctrica o de mano y deja reposar.
Calienta la leche en una cacerola pequeña hasta que hierva y entonces retírala del calor.  Echa el chocolate y muévelo hasta que se derrita y la mezcla esté suave.  Añade el Grand Marnier y mézclalo bien.  Deja enfriar a temperatura ambiente.  
Transfiere a un recipiente grande.  Echa toda la crema batida en el chocolate y mezcla con una espátula de goma, envolviendo poco a poco hasta que  se incorpore.  Cubre y refrigera por lo menos dos horas.  Sirve por cucharadas en platitos de postre.  Para adornar, pasa un pelador de papas por el chocolate restante para crear rollitos de chocolate y deja caer por encima del mousse.


La próxima, y la próxima Navidad

Cuando publicó la revista, le envié a Jacques un par de copias, que agradeció amablemente. Ese diciembre y por varios años recibí una felicitación Navideña de Jacques y de Gloria. Porque cambié de apartado o porque cayó en desuso la postal para las navidades, ese grato intercambio terminó. ¡Bueh!


Una nota personal:
Hace unos días cotejaba las fechas de un artículo viejo, y encontré un mensaje anónimo que me enviaron hace años, y que nunca recibí porque la correspondencia a través del blog es un tanto atropellada. El texto hace referencia a la maravillosa persona que entrevisto en ese artículo en particular, y luego añade:
“Gracias Llompart por ser fuente de mágicos seres. Un espejo eres. Mi respeto y admiración trasciende palabras. Namasté”.
Nunca me he visto como el que refleja a las personas que entrevisto para que los lectores los conozcan. Como he comentado antes, lo hago para mi, pensando que nunca nadie va a leer lo que he escrito.
Sí creo que todas las personas que he reseñado son mágicos seres y es por eso que los busco para juntarlos en mi página.  De todos modos, me conmueve que alguien señale eso. Me recuerda una línea de la obra teatral El Gran Circo Eucraniano de mi amiga Myrna Casas, en que dice que se enseña “un espejo de nuestro diario vivir.”
Gracias, Anónimo.

Chequea la página de Facebook de Refresco de Tamarindo y dale “Like” o “Me gusta” para que leas otros interesantes artículos.

También puedes buscar a Refresco de Tamarindo
• en Instagram

• en Twitter

• en VIMEO

• en YouTube

• en Tumblr

• en Pinterest

• en Vine