jueves, 2 de abril de 2020

Focaccia en “real-time”

Me encantaría hacer pan, pero siempre uso la excusa de que no tengo tiempo para esperar a que la levadura trabaje. La verdad es que siempre tengo algo que hacer, y si hay que esperar hasta el próximo día para que la masa crezca, no voy a hacerlo porque seguramente va a aparecer un imprevisto que cambie mis planes, la masa se va a dañar... y todo ese mal rollo. 

Hoy, buscando entre mis libros me encontré la receta de una focaccia rústica que se veía riquísima, tenía en casa todos los ingredientes y se tardaba sólo dos horas. ¿Dos horas? Antes eso era la eternidad para mi, sin embargo, en medio de la cuarentena a causa del Coronavirus, tengo ese tiempo y mucho más.

La focaccia es un pan que usualmente lleva vegetales integrados a la masa. La he comido muchas veces, inclusive la he preparado con masa pre-hecha, pero nunca la había hecho desde cero. Esta es la primera vez, y estoy escribiendo mientras espero a que la masa crezca. Este artículo va a ser “Real-time”.

Hablando de los ingredientes
Lo más impresionante es que hoy tengo levadura. Te digo que he estado pensando en hacer pan, así que hace poco salí a buscarla. 

También tengo tomates secos. Resulta que eso los compro en bolsas mega-secos, y cuando llego a casa los pongo en un envase sellado de cristal, sumergidos en aceite de oliva extra virgen. Se mantienen por años (no que yo los deje años, pero por lo menos uno porque no los uso tanto), siempre los tengo a la mano y al final, el aceite está infusionado con un sabroso gusto a tomate seco.

Lo mismo hago con las aceitunas negras, que me encantan. Usualmente las compro enlatadas y lo que sobra después del primer uso, lo guardo en aceite y de vez en cuando pico con un poco de queso y tostadas. Sí me aseguro de lavarlas y secarlas antes de ponerlas en aceite. Igual, duran mucho tiempo.

Del romero
Es mi hierba favorita, y tengo una planta bellísima. Te cuento que siempre que compraba una planta de romero terminaba en la basura, seca o podrida. Pues resulta que mientras escribía el artículo “...y el aroma del romero”, le consulté a Carlos Morales, nuestro colaborador de horticultura, y me explicó el truco que tenía que hacer para que no se me muriera la planta. 

Eso hizo toda la diferencia, y ahora tengo un arbusto de algunas 24” de alto, y romero para lo que se me antoje. A veces lo podo, y las ramas que corto las pongo a secar amarradas con cordón, colgando en el tablillero de la misma cocina.

Si quieres saber el truco de Carlos, chequea el artículo, que además tiene una sabrosa receta del chef Juan Carlos Ramírez de Arellano.

Te confieso que olvidé poner el ajo, aunque tengo varias cabezas que compré hace unos días. Como ya sabes, me estreso mucho tratando de hacer bien la receta y siempre me pasa algo. Ni modo.

Al juez de la casa le encantó
Finalmente la focaccia quedó espectacular, y a mi perro Chocolate, que es el juez de lo que cocino, le encantó.

Seguramente por la conversión de grados de “celsius” a “farenheit” hice algo incorrecto, pero lo tuve que sacar del horno a los veinte minutos, cuando la receta especificaba que tardaba media hora. La receta que usé es Europea y antes de empezarla tuve que hacer la conversión de grados y medidas. 

Otra que puede ser es que la horneé en un horno pequeño tostador y posiblemente eso haga una diferencia. ¿Recuerdas que te dije que no hago pan para evitarme el mal rollo? Pues eso de prender el horno regular, sacar los moldes que tengo almacenados adentro - y después volverlos a guardar es parte integral de ese rollo.

La receta
Lo que sigue es la receta de la focaccia por si te animas. Incluyo las medidas que convertí y que me parecen correctas. Corregí la temperatura del horno para que esté más cerca de la realidad. De todos modos cotéjalo a eso de los veinte minutos y “play it by ear”. Me cuentas.

Focaccia de tomate, romero y aceitunas negras  
Ingredientes: 
3 1/4 tazas de harina 
7 onzas de agua tíbia 
1/4 taza de aceite 
1 cucharada de levadura
1 cucharadita de sal 
1 tomate picado y sin semillas
3 tomates secos picados
10 aceitunas negras picadas
2 dientes de ajo picados
1 rama de romero picado
3 cucharadas de aceite de oliva

Procedimiento:
Echa el agua, el aceite y la levadura en un bowl, y mezcla hasta que ésta se disuelva. Deja reposar diez minutos hasta que haga una ligera espuma. Añade la harina y la sal, y  amasa hasta lograr una masa elástica. 

Tápala con un paño y déjala reposar una hora en un sitio tíbio hasta que duplique el volumen.

Amasa y añade los tomates frescos picados sin semillas, incorporándolos a la masa. Añade los tomates secos, el ajo, las aceitunas negras y el romero. 

Yo fui poniendo los vegetales y enrollando, estirando y volviendo a enrollar y se hizo bastante fácil.

Mezcla la masa con todos los ingredientes y estírala hasta que quede de media pulgada de grueso, con un rodillo.

Coloca encima de un molde de hornear y píntala con el aceite de oliva. Deja reposar durante treinta minutos en lo que vuelve a crecer. Precalienta el horno a 350 F grados y hornea durante media hora.


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